En momentos de angustia la respiración puede ser tu mejor aliada

En momentos de angustia la respiración puede ser tu mejor aliada
Comparte

Todos evidentemente respiramos, desde que nacemos hasta que nos marchamos de este plano. Sin embargo, no todos conocemos la importancia de la respiración, ni somos capaces de practicarla conscientemente con la intención de obtener todos los beneficios que ello aporta.

La respiración es un mecanismo súper efectivo que nos permite volver a nuestro centro cuando lo necesitemos, nos hace regresar al presente y poder afrontar una situación desde la realidad, no desde el escenario ficticio que nos ofrece la mente, en donde la cosas pueden ser muchísimo más angustiantes de como realmente son.

Al respirar de manera consciente alargamos los espacios de claridad, limpiamos el humo que suelta la mente, que muchas veces nos impide ver lo que tenemos justo en frente. No podemos creernos todo lo que nos cuenta nuestra mente. Nuestra mente es bastante alarmista, derrotista, arrogante, temerosa… Hay que saberla canalizar, porque si no, nos lleva por un camino que no nos resultará agradable y de seguro no nos llevará a donde realmente queremos estar.

A través de la respiración consciente relajamos nuestro sistema muscular y liberamos tensiones, disminuimos nuestro ritmo cardíaco e incluso podemos bajar nuestra presión arterial. Respirando conscientemente nos ayudamos a nosotros mismos a recobrar el estado de equilibrio que una situación que percibimos angustiante pudo haber afectado. Respiramos y nos damos cuenta de la magnitud real de lo que nos agobia.

La respiración no es solo inhalar oxígeno y exhalar dióxido de carbono. No es un simple proceso vital, ni de oxigenación de nuestro cuerpo. La respiración es nuestra aliada, es reconfortante y un recurso súper efectivo a través del cual podemos manejar la ansiedad y la angustia.

Técnica de respiración 

Hay muchas técnicas de respiración que podemos aplicar cuando estamos angustiados, vamos a compartir una que es bastante sencilla y te podrá servir en cualquier momento en el que necesites volver a tu centro.

  • Tu espalda no debe estar encorvada, no importa si estás acostado, sentado o parado.
  • Toma aire por tu nariz contando mentalmente hasta cuatro, dándole paso hasta la parte baja de tu vientre.
  • Una vez te sientas con toda tu área abdominal baja llena de aire, retén contando hasta cuatro nuevamente.
  • Bota el aire lentamente por la nariz hasta que cuentes otra vez hasta cuatro.
  • Una vez hayas botado el aire, quédate allí hasta contar nuevamente hasta cuatro.
  • Repite esto durante diez respiraciones completas.
  • Te tomará unos pocos minutos y verás qué bien te logras sentir luego.

No te alarmes si te mareas un poco, es normal, no te va a pasar nada más allá de allí. Cuando te acostumbras a respirar conscientemente ante una situación de angustia, tu percepción cambia, ya no necesitarás ningún mecanismo externo que te ayude a volver a la calma. Aprenderás a canalizar tus emociones a través de la respiración y tendrás mucho mayor control de la situación.

A veces estamos tan agobiados que respirar pausadamente se nos hace una misión complicada, pero es que todo está unido, no es posible tener la cabeza hecha un caos y respirar conscientemente, lentamente. Por ello cuando comenzamos a hacernos cargo del proceso y nos enfocamos en la respiración, lo demás comienza a diluirse y es la calma la que comienza a predominar.

Siempre puedes volver a la respiración

La mente buscará maneras para hacernos caer nuevamente en el ciclo de angustia, recordándonos los motivos por los cuales no podemos sentirnos tranquilos, mandándonos olas de pensamientos estresantes y paralizantes. Pero en todo momento la respiración consciente estará allí, disponible para nosotros, mostrándonos una ruta a través de la cual podemos colocar nuestros químicos en orden y a través de la cual podemos transitar con la serenidad como compañera.

Usa tus recursos naturales, tu cuerpo es sabio y sabe qué hacer cuando la mente se intensifica, sigue tus instintos y respira… solo respira.

Por: Sara Espejo – Reencontrate.com


Sara Espejo