Aunque hoy lo ves complicado, vas a salir de este problema

Aunque hoy lo ves complicado, vas a salir de este problema
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Siempre salimos de los problemas, algunas veces duramos poco, otras veces nos toma un tanto más de tiempo, pero normalmente salimos de nuestros problemas de alguna manera… Lastimosamente tenemos la costumbre de salir de uno y en nada de tiempo, ya nos vemos en otro, de hecho podemos estar en varios a la vez, aunque siempre haya uno que nos robe más energía que el resto.

El punto es que cuando estamos en medio de un conflicto, cuando nos sentimos destruidos, desesperanzados, cuando sentimos que ya no tenemos más fuerzas para continuar, olvidamos lo fuertes que somos, la capacidad que tenemos de levantarnos ante las dificultades y la mayoría de las veces fortalecidos.

A veces estamos afrontando una situación que nos tiene hechos pedazos y no podemos recordar que ya en nuestro pasado estuvimos así y/o pasamos por algo similar. Pero acá estamos quizás nos rompimos nuevamente, pero en algún momento estuvimos nuevamente en una sola pieza, producto de rearmarnos, producto de reinventarnos, producto de recoger todos esos pedazos e ir integrándolos cada uno donde mejor iban…

Sí, puede que algunas piezas ya no encajarán más y las hayamos tenido que descartar, pero para compensar se formaron unas nuevas, que nos dieron otra serie de atributos y esos movimientos dieron paso a una versión diferente de nosotros mismos, con más experiencia y mayor aprendizaje.

No hay garantías

Lamentablemente el habernos rearmado no garantiza que no vamos a volver a quebrarnos, pero sí que nos debería dar cierto alivio el saber de lo que somos capaces. Ciertamente no esperamos rompernos por la vida, menos aún, varias veces, pero ocurre y es parte de este ciclo, que está cargado de aventuras y en especial de sentimientos y emociones, que nos hacen vulnerables y nos colocan en riesgo de quebrarnos.

Pero no lo veamos como algo negativo, digamos que a veces es el precio que pagamos por vivir algo que nos movió el piso, que nos gustó, que amamos, que nos enseñó o que nos transformó… Cualquier cosa que nos pasa la integramos como experiencia y al final de la cuenta todos los puntos suman.

No importa si en este instante tienes tanto dolor que olvidaste quien eres, mientras vas transitando un camino complicado, que no termite verte a ti en esencia… Solo mantén la fe, porque simplemente todo pasa, lo bueno y lo no tan bueno. Todo tiene un principio y un fin, incluso cuando resulte cíclico y pareciese responder a algo continuo, en medio de esa curva hay principios y finales, que determinan la vida de algo, incluyendo la de eso a lo que hoy ves como un problema.

Solo sigue adelante

Sigue adelante, ve recogiendo cada pedacito que se te caiga, porque pronto te estarás armando y será bueno que decidas con qué quieres quedarte y qué es necesario modificar.

Aprende a ver las bendiciones ocultas en todo, porque hasta lo más terrible tiene alguna. Esto acelera el proceso de recuperación y nos aleja de sentirnos una víctima, nos devuelve el control y nos permite tomar acciones diferentes, enfocando nuestra mirada en lo positivo que algo puede dejarnos. Esto solo nos puede llevar a la pronta sanación y es allí a donde nos conviene llegar, cargados de la mejor actitud y receptivos ante todo lo bueno que la vida tiene para ofrecernos.

Volverás a brillar, como solo tú sabes hacerlo. Porque tu luz nunca se ha ido, eso es justo lo que eres… Cuando te secas las lágrimas, puedes ver entre las grietas que no eres otra cosa más que luz y allí entenderás que todo esto fue necesario vivirlo para prepararte para un maravilloso mañana.

Por: Sara Espejo – Reencontrate.com


Sara Espejo