Las personas difíciles están en todas partes. Así que, es bastante seguro que en algún momento de tu vida te las encuentres y tengas que buscar una forma de lidiar con ellas.

Ahora bien, habrá quienes te dirán: “¿Pero por qué molestarse por eso?… A esas personas las puedes ignorar fácilmente”. Pues no, no es así de fácil como parece. Estar cerca de personas difíciles causa dolor y es normal que, en ocasiones, perdamos el control.

El peor de los casos es cuando estamos relacionados con esas personas. Es decir, cuando son parte de nuestra familia.

Así es. Cuando se trata de nuestros familiares, estamos casi obligados a hacer un esfuerzo adicional, sobre todo al momento de tratar con personalidades que son tóxicas.

7 estrategias para lidiar con familiares difíciles

¿Te toca lidiar con familiares que tienen una personalidad complicada y tóxica?

Pues bien, esto es lo que debes hacer:

1. No trates de cambiar a las personas difíciles

Acéptalas tal y como son. Y esto aplica no solo para aquellas personas que son familia, sino en general. Y sí, sé que es tentador que quieras ayudar a alguien que te importa. Pero debes entender que si esa persona no quiere dejarse ayudar, tus esfuerzos serán en vano.

De hecho, tratar de arreglar a alguien o pretender mejorar su vida puede convertirse en un gran dolor de cabeza, ya que cuanto más haces por ellos, más tu energía se verá comprometida.

Por eso, acepta que estas personas no pueden ni quieren cambiar, al menos por ahora. Y por favor, no te amargues por lo que hagan o dejen de hacer.

2. No discutas con ellas, pero eso sí, sé directo y asertivo cada vez que puedas

Ten presente que, cuando un familiar está tratando de provocar un conflicto, fácilmente podrá desencadenarlo siempre que tú caigas en su juego. Por eso, trata siempre evita entrar en una respuesta de lucha o ponerte a la defensiva. Evita las discusiones acaloradas. Mantente fiel a ti mismo, pero eso sí, sé directo y asertivo cuando sea necesario.

Mantente enfocado a la hora de responder y di “no” cuando debas hacerlo. Asimismo, detecta cuándo la discusión se ha salido de control y si llega a ese punto, detenla y abandona la conversación.

3. Aunque parezca extraño, escúchalas

Permite que estas personas o familiares expongan su punto de vista sobre el tema, conflicto o problema. Cuando estén tranquilos o con disposición de conversar, pregúntales por qué se sienten juzgadas o criticadas por los demás, o qué quieren o esperan de los demás.

Eso sí, la idea es permanecer lo más neutral posible y en lugar de participar, escuchar puede ser suficiente para permitir que alguien sienta que tiene la oportunidad de decir lo que tiene en mente.

Parece mentira, pero mostrar respeto ante las diferencias de la otra persona, puede terminar siendo algo positivo.

4. Presta mucha atención a los temas que generen conflicto

Inevitablemente, habrá temas que representen puntos de desacuerdo y falta de armonía. Tu tarea será conocer cuáles son esos temas y ser consciente cuando decidas plantearlos, sobre todo, cuando estés frente a esos familiares que son difíciles de tratar.

Tus experiencias pasadas deberían ayudarte, especialmente cuando te ha tocado enfrentar estos temas delicados. Si ves, que has entrado en terreno prohibido, pues evita entonces el conflicto y cambia de tema apenas veas que la conversación se está poniendo tensa.

5. Tu propio bienestar es lo primero.

Nunca permitas que ninguna interacción o relación personal infrinja o desafíe tu propio bienestar. Visualiza tus límites: ese territorio protector entre tú y la otra persona.

Nadie tiene derecho a ocupar tu espacio, a menos que tú se lo permitas. Por eso, como dijimos en los puntos anteriores, trata de ser asertivo en todo momento, sin necesidad de caer en peleas o discusiones. Simplemente, hazte respetar.

Y bien, hasta aquí esta corta reflexión. Me despido no sin antes recordarte que aquí, en reencontrate.com, cuentas con diversos talleres y cursos orientados a tu crecimiento personal y espiritual. No dudes en suscribirte a ellos y sácales el mayor provecho posible.

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Sin más que agregar, un saludito y hasta la próxima.

Por: Adrian Alberto ∼ reencontrate.com

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