La vida cambia de un día para otro, así que… ¡ve por tus sueños!
Estos tiempos nos están demostrando lo frágiles que son nuestros planes y lo incierta que puede ser la vida. Si vemos el lado amable del mensaje, nos está diciendo que no tenemos tiempo que perder, que no podemos dedicarnos a cosas que no nos gustan, a situaciones que nos desgastan o personas que sabemos nunca van a darnos lo que estamos esperando.
Hay cosas que no podemos cambiar, pero hay otras que sí, lo que nos está ocurriendo en este momento, a menos que seamos algún científico hallando una cura para el factor amenazante, pues no lo podemos cambiar.
Sí podemos decidir qué hacer con ello, qué medidas tomar y una de ellas debe ser, casi de forma indiscutible ir a conquistar lo que anhelamos, nuestros sueños. Desde ya debemos estar tan claros de lo que queremos, que no encontraremos obstáculos que nos detengan.
Desde ya puedes trabajar en tus sueños
Podemos desde ahora, desde ya, ir trabajando en alcanzar esos sueños, incluso cuando para cumplirlos tengamos que tomar ciertas acciones limitadas actualmente por las circunstancias.
Pero podemos ir haciendo nuestra planificación, creando una agenda, involucrando a personas, haciendo contactos, consiguiendo fuentes de financiamiento, podemos definir por qué y para qué queremos alcanzar ese sueño y lo más importante que podemos ir haciendo es visualizarnos alcanzándolo, sintiéndolo propio, preparando a la mente para que contribuya con su realidad.
Debemos aprovechar los sacudones de la vida, aquellos que de golpe nos colocan una realidad en frente que quizás jamás imaginamos, que nos hace cuestionarnos y replantearnos nuestros propósitos.
Ya sabemos que somos vulnerables e incluso la idea de la muerte propia o de alguien a quien amamos se ha cruzado por nuestra mente con mayor intensidad que nunca… Esto en lugar de atemorizarnos y montarnos en la ola del terror y del miedo que está presente, debe sentarnos y hacernos reflexionar sobre cada minuto que tenemos disponible, cómo lo usamos, a qué lo dedicamos.
La vida no es para postergar nada, solemos hacerlo con todo, incluso con la felicidad. Nos hacemos la idea de que la felicidad vendrá cuando consigamos algo específico y nos perdemos de ser felices ahora… Muchos están esperando ser felices cuando puedan salir de sus casas, cuando puedan abrazar a sus familiares, cuando se sientan libres y sí van a sentir mucha alegría, vamos a sentir gran regocijo, pero ¿cuánto va a durar?
Haz que tu consciencia por la vulnerabilidad de la vida se extienda
La consciencia normalmente dura poco y dentro de un año quizás nadie piense en estos meses, nadie recuerde todo lo que se propuso hacer, ni el valor que le prometió darle a la vida o a sus sueños. No permitas que la inercia te lleve, no postergues, hoy mismo puedes ser feliz, con lo que tienes, con lo que eres.
La felicidad no está atada a un momento, a una situación, a una persona, a sus besos o a sus abrazos. La felicidad es un regalo y se encuentra en cada uno, utilizable en cualquier situación y el hallarla va asociado a la manera en la cual vemos la vida.
Tienes una oportunidad a cada instante de dirigirte a lo que quieres vivir, no te distraigas. No le hagas caso a una mente programada para vivir en el miedo. Sé valiente, saca de ti esa fuerza que tienes y haz contacto con tu corazón, él toma las mejores decisiones, las que nos llevan directo a alcanzar nuestros sueños, cuando él hable no sentirás miedo, sino emoción, querrás correr hacia donde él te lo indique, pero para escuchar las indicaciones debes amordazar a la mente, solo mientras la unes a la causa. Cuando tu mente y tu corazón estén alineados, ningún sueño será inalcanzable.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.com