Una madre es la que siempre está presente, aunque el resto se haya ido

Una madre es la que siempre está presente, aunque el resto se haya ido
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No todas las madres son las soñadas, pero de seguro son las acordadas

Siempre que he escribo acerca de las madres, siempre hay un grupo de personas que lleva consigo un poco de resentimiento, por no haber obtenido de sus madres lo que les hubiese gustado. A estas personas quiero dedicarles las primeras palabras de esta entrada.

Una madre, sin importar la etiqueta que venga antes o después, es la única manera en la cual llegamos a esta vida. El milagro que se forma en su vientre ocurre para colocarnos en este plano y el vínculo madre e hija/o, es uno de los acuerdos de alma más importantes que presuntamente establecemos.

Expectativa vs. Realidad

Obviamente a todos nos gustaría haber tenido una madre soñada, aquella que nos dedicara su tiempo y su atención, la que nos educara con dulzura y no hiciera entender a través de canciones y poemas lo dulce y amargo de la vida. Una madre que nos durmiera con cuentos y nos despertara con sonrisas, que jugara con nosotros y una vez grandes, siguiera allí disponible, dispuesta y sobre todo siempre amorosa, esas madres existen, pero no son todas y si tu acuerdo no fue con alguna de ellas, no importa, ha sido perfecto así.

No hay nada que sanar, pero sí mucho que agradecer, esta vida es un milagro tal y como es, la apreciemos o no y tu madre, merece el primer y el más grande agradecimiento por haberte dado la oportunidad de vivir esta experiencia. Mientras mires desde el agradecimiento, los rencores, los malos recuerdos, los reproches, los vacíos, se irán borrando y se irán llenando, según corresponda… y recuerda que muchas cosas no las entenderás aún, pero eso no significa que carezcan de sentido.

Ahora bien, a las mamás reconocidas y enaltecidas en su rol…

Una madre es sin duda uno de los roles más laboriosos y demandantes que existen, no puedes dejar de ser madre, puedes ausentarte, pero seguirás siendo madre. No es válido renunciar, porque ya hemos traído al mundo el milagro de la vida, de un ser que crece y que en paralelo nos hace crecer a nosotras las madres en una dirección que no conocíamos.

Un hijo es el ser que nos muestra el verdadero amor, el realmente incondicional. Un hijo es la persona que nos enseña cómo lo que le pasa puede dolernos más de lo que nos pasa a nosotras y cómo podemos ser muy felices sintiendo la felicidad de alguien más.

Una madre trata de disfrutar de sus hijos cada momento que puede, trata de atesorar en su corazón la mayor cantidad de recuerdos, porque ve el tiempo correr, porque sabe que dentro de poco esas pequeñas manos que por ahora son torpes y desvalidas, pronto se harán independientes, que esa vocecita aguda que pronuncia la palabra mamá, en cualquier sinónimo, a cada rato, irá cambiando y esos llamados serán cada vez menos frecuentes.

Sin instrucciones… Dando lo mejor que podemos con los recursos que tenemos

Ciertamente no nacemos con un manual, ni de hijos, ni de padres, ni de nada, como en cada uno de nuestros roles nos equivocamos y nos ajustamos por ensayo y error. Pero lo más importante en todo esto es que el amor de madre, no es comparable a ningún otro y es ese amor, el que de forma natural nos hace decir presente cada vez que un hijo nos necesita.

La mayoría de quienes tienen a su mamá con vida, pueden sentirse tranquilos por tener ese amor incondicional a completa disposición. No importa qué pase, no importa si todos los demás se han ido, una madre siempre estará allí, con su amor más grande para refugiarles en sus brazos, cual pequeños indefensos. Porque no es una simple frase, es una simple realidad:

No hay amor más grande que el de una madre.

Por: Sara Espejo – Reecontrate.com


Sara Espejo

2 thoughts on “Una madre es la que siempre está presente, aunque el resto se haya ido

  1. Cada palabra leída lo viví, hermosa reflexión! Muchas gracias por plasmar tu sentir en cada escritura❤

  2. Ciertamente así es. Creo que aún con manual y tomando un curso sería igual porque cada caso tiene sus propias circunstancias, herramientas y características, porque aún en las familias más acomodadas existen problemas o al contrario, en las más humildes hay armonía y prosperidad.
    Hoy en día para los hijos es muy común juzgar, exigir y quejarse más no obedecer, respetar y honrar a los padres. De ahí se deriva la renuencia a casarse, tener una relación estable incluso tener hijos.

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