Todos sabemos lo importante que resultan nuestras relaciones interpersonales en el desarrollo de nuestra existencia. Si bien es cierto que somos seres con un alto grado de autonomía e independencia, también lo es, que los nexos que cultivamos son de gran importancia en nuestras vidas.

Algunas veces damos por sentado el cariño y la presencia de los demás en nuestras vidas. Sin embargo, cualquier relación que no se cuida, que no se cultiva, resulta por debilitarse, por hacerse prescindible e incluso desaparecer. Sin ánimos de generar o fomentar apegos, quisiéramos presentar 5 elementos que debemos tener presentes si pretendemos cuidar nuestras relaciones.

Cuidar lo que decimos:

Las palabras son la forma más directa de acercarnos a los demás, el recurso más práctico. Es por ello que debemos cuidar las palabras que decimos, los tonos que utilizamos y las intenciones con las cuales decimos las cosas. Debemos hablar desde el cariño y la construcción, por eso debemos evitar las indirectas, el sarcasmo, las humillaciones, el desmerito, etc. Si queremos cuidar una relación, debemos procurar dar mensajes positivos, enriquecedores, motivadores y usar las palabras que edifiquen en lugar de destruir.

Ser empáticos:

Colocarnos en el lugar del otro nos permite entender acciones y reacciones, así como evita que juzguemos y critiquemos con ligereza. Entender al otro, sólo se logra cuando intentamos colocarnos en sus zapatos y buscamos desde esa perspectiva qué haríamos desde esa posición. Muchas veces siendo empáticos, no solo cuidamos nuestras relaciones, sino que crecemos al aprender a ver las cosas desde una perspectiva diferente a la nuestra.

Evitar engaños:

No importa el tipo de relación, cualquiera de ellas es propensa a romperse a causa de un engaño. Las mentiras, las traiciones, la deslealtad, todas éstas son detonantes para que una relación se quiebre. Así que si lo que pretendemos es cuidar nuestras relaciones, es necesario que coloquemos en una balanza, qué nos importa más, si esa relación o aquello que a través de un engaño la pone en riesgo.

Estar cuando nos necesiten:

Hay muchas maneras de estar y también muchas ocasiones en las cuales podemos hacer acto de presencia. Pero cuando nos necesitan, resulta fundamental, incluso si debemos dejar otros asuntos de lado, acudir a apoyar, cuidar o simplemente escuchar a quien apreciamos y en principio nos importa su bienestar.

Aceptar defectos:

Esto puede ser un tanto complicado, pero todos sabemos que no somos perfectos y que así como nosotros tenemos cosas que irritan a los demás, pues los demás, incluso nuestros más preciados afectos, también tienen actitudes que quisiéramos que fuesen diferentes.

Si realmente apreciamos a alguien debemos aprender a respetarlo de manera integral, mientras que esos defectos no afecten nuestra integridad, debemos considerarlo parte del paquete y mostrar nuestro cariño, afecto y aceptación, tal como nos gustaría que hicieran con nosotros. A fin de cuentas todos somos tan distintos, pero a la vez tan iguales, que el no aceptar al otro, de alguna manera es una muestra de poca aceptación hacia nosotros mismos.

Muchas veces cuestionamos nuestras relaciones, exigimos o esperamos de los demás determinadas acciones, pero no nos damos cuenta de qué estamos haciendo nosotros para cuidar y cultivar nuestras relaciones. Es por ello que hacer un alto y revisar estas reglas nos puede ser de utilidad, no solo para ver las que cumplen o han roto con nosotros, sino para evaluarnos y determinar qué damos, porque justo de eso depende lo que recibimos.

Sean como sean nuestras relaciones, son el resultado de lo que hemos cultivado, por eso si nos sentimos cómodos y satisfechos, lo estamos haciendo muy bien. Si por el contrario, nos sentimos rodeados de nexos débiles o sentimos que no contamos con alguien, nos sentimos muy solos, es momento de cambiar lo que estamos dando y cultivar con más cuidado y cariño nuestras relaciones, nuevas o existentes.

Por: Sara Espejo – Reencotnrate.com

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