Equipaje con el que no debes cargar

Equipaje con el que no debes cargar
Comparte

A lo largo de la vida, solemos decidir cargar un equipaje que no nos ofrece nada positivo. A través de ellas limitamos nuestro andar y nos colocamos excusas y obstáculos a nuestro paso. Nos acostumbramos a llevar equipaje que a veces ni siquiera nos pertenece y se hace tan parte de nosotros que no podemos ya distinguir el peso que nos adiciona. Solo cuando decidimos soltar y dejarlo a un lado es que podemos darnos cuenta de lo ligeros que podemos transitar.

Te dejaré este pequeño listado de cosas que puedes soltar y que con hacerlo obtendrás maravillosos beneficios.

Tu pasado:

Tu pasado para bien o para mal te ha colocado en la posición en la cual te encuentras hoy, no puedes cambiarlo. Puedes sacar provecho de él o torturarte con su carga. ¿Cómo sacas provecho? Identificando caminos, rescatando la lección, sumando experiencias a tu vida, apreciando los contrastes.

El pasado puede ser de utilidad, pero no debes invertir energías viviendo mentalmente en él, lo miras como referencia y vuelves a tu presente, desde donde estás creando tus experiencias futuras. No importa si tu pasado fue excelente y lo añoras, si fue terrible y te duele, si cometiste errores que hasta hoy estás pagando… Puedes liberarte y entender que te queda una vida por vivir, por alimentar, que te queda mucho que dar… No permitas que tu pasado se abra espacio en tu presente y te conecte con algo que no te suma hoy en día. Suelta, perdona, perdónate, honra cada experiencia y decida avanzar.

Miedos:

Todos sentimos diversos tipos de miedos normalmente irracionales, pero nos conviene que no se apoderen de nuestras vidas y de nuestras decisiones. La mente nos hace jugadas pesadas y si nos llegamos a identificar con esos miedos y le damos poder, probablemente términos dejando de hacer cosas que queríamos hacer o haciendo cosas que no queríamos. Aprender a identificar cuando estamos actuando desde el miedo es crucial. Cerrar los ojos y pedirle a mi alma que me guíe es una estrategia personal que me ayuda mucho cuando me doy cuenta de que mis miedos están tomando terreno.

Qué dirán:

Todos opinamos en mayor o menos medida de la vida de los demás, sea para beneficiarle o para perjudicarle, a veces pareciese que necesitamos  evidenciar ante nosotros mismos o el resto, nuestra incapacidad para mantener nuestra mente sin dar un juicio, opinión, interpretación, de lo que los demás hacen. Parece ser parte de nuestra naturaleza. Estar del otro lado y darle peso a lo que los demás digan de lo que somos o hacemos con nuestras vidas, representa malgastar nuestra energía. A veces podemos sacar de alguna opinión algo de provecho, pero de allí a condicionar nuestras acciones esperando la aprobación y el visto bueno de los demás, es inconveniente para nosotros.

Entendamos que cada quien tiene una manera de interpretar lo que ocurre a su alrededor, lo que ve, bajo su sistema de creencias, que es un conglomerado de infinitos elementos, educación, influencias, religión, experiencias propias y ajenas y un largo etcétera. No vamos a satisfacer a todas las miradas y nunca ese debe ser nuestra meta. Solo debemos enfocarnos en hacernos felices a nosotros mismos, procurando siempre respetar las vidas de los demás, peros sin caer en la necesidad de satisfacerles ante lo que le gustaría que fuésemos o hiciésemos.

Problemas de otros:

Muchas veces sin darnos cuenta, llevamos cargando una cantidad de problemas que no nos pertenecen y está muy bien ayudar a los demás, pero no podemos atribuirnos una carga que nos hunda. Cada quien debe ser capaz de atender sus problemas, pero no ayudamos realmente si decidimos adueñarnos de algo que no nos corresponde. Debemos aprender a diferenciar esa delgada línea entre ayudar y hacernos cargo de los problemas de otros.

Revisemos nuestro equipaje y si alguno de estos elementos está presente, probemos dejándolo a un lado a ver cómo nos sentimos y nos desenvolvemos por la vida.

Por: Sara Espejo – Reencontrate.com


Sara Espejo