No te apegues a lo que te apaga
El apego de por sí está muy relacionado con el sufrimiento y con la distorsión de sentimientos que deben estar fundamentados en libertad y respeto. Por lo tanto cualquier apego debemos evitarlo y trabajar lo necesario para poder vivir el presente, sin darle cabida a los miedos que aparecen cuando por costumbre nos creamos escenarios desfavorables en nuestras mentes.
Si algo te apaga, simplemente aléjalo
Sin embargo, el juego de palabras: No te apegues a lo que te apaga, nos invita a no generar afinidad, preferencia o costumbre, con esas situaciones, lugares, decisiones, acciones o personas que no nos hacen bien.
Muchas veces no nos damos cuenta, pero nos encontramos adoptando dinámicas que nos colocan en una situación que nos desfavorece y en lugar de apartarnos vamos regando y cultivando más y más de lo mismo.
Debemos procurar que lo que crezca, que lo que llegue, que lo que permanezca en nuestras vidas, sea lo que nos hace sentirnos bien, en paz, que nos hace crecer por la vía del amor y no la de los golpes.
Sí, es cierto que el dolor, los tropiezos, las lágrimas, pueden dejarnos las lecciones más importantes y tener los efectos más radicales en nosotros. Pero hay otras vías, si se quiere, hasta menos eficientes en tiempo y en efectos, que nos permiten crecer a través de experiencias que no están cargadas de dolor.
Tómate unos minutos para que determines hacia dónde estás dirigiendo tu mirada, cuáles son tus primeros pensamientos, cómo es tu estado anímico habitual y eso te puede dar una pista de si estás prefiriendo por lo que de alguna manera apaga tu luz.
La vida es un suspiro, valdría la pena aprovecharla en su máxima expresión, sacar de ella lo mejor, pero sabiendo cómo hacerlo… Muchas veces cuando no exprimimos bien una naranja, obtenemos su más dulce jugo, pero podemos llenarlo de lo amargo de la concha o de las mismas semillas trituradas… Podemos aprender a exprimir la vida, procurando no añadirle lo amargo que podría contener.
Cuida la conexión con lo que eres
Y a pesar de que todo es ganancia, de que de todo podemos sacar un gran provecho, debemos procurar siempre mantener nuestra conexión con lo que somos en esencia: paz, amor, felicidad, prosperidad, plenitud… El llegar a estos estados a pesar de las circunstancias es uno de nuestros propósitos y de allí la importancia en cuidar nuestros pensamientos y a lo que damos forma en nuestras mentes, que tiende a manifestarse en nuestras vidas.
No te quedes por cómodo, no te quedes por temeroso, no te quedes por pensar que no mereces algo mejor… No te conformes con lo que te aleja de ti, con lo que te apaga, con lo que sientes continuamente en conflicto con lo que te gustaría.
Sabemos que hay cosas que podemos cambiar, que contamos con el alcance necesario para ello, pero también debemos tener en mente lo que no podemos cambiar de manera directa y que debemos hacer modificaciones internas, para que nuestro mundo exterior cambie, para que manifestemos situaciones diferentes y atraer a personas diferentes o al menos relaciones diferentes con las personas.
Actuar de manera testaruda, pretendiendo cambiar en nuestro exterior lo que está fuera de nuestro manejo, sin hacer el trabajo interior, no nos conduce a un lugar diferente que a la frustración y al sufrimiento.
Cierra tus ojos y calla tu mente, escucha, tu alma tiene mucha información para ti, si la escuchas podrás encaminarte a lo que potencie e intensifique tu luz, dejando atrás cualquier cosa que te apague… Recuerda: Solo tú eres el responsable de lo que te ocurra, dale cabida a lo que te permita conectarte con tu bienestar y procura cerrar la puerta a lo que contraste de ello.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.com