¿Qué podemos hacer por alguien que atraviesa una depresión?
La mayoría de las personas consideradas con sus afectos, busca la forma de colaborar con ellos cuando presentan una situación problemática. Sin embargo, cuando hablamos de depresión, las mejores acciones no suelen estar muy claras.
La depresión es un cuadro emocional que puede llegar a ser muy delicado para quien la padece, pero quien la ve desde afuera y jamás la ha experimentado, no tiene mucha idea de lo que se puede sentir. Este desconocimiento se puede convertir en un factor perjudicial en la fase de acompañamiento que describe a quien se encuentra cerca de una persona deprimida.
Inclusive, cada persona es tan particular, que la depresión, a pesar de tener características comunes que la describen, se ajusta una forma única a cada quien y se pueden presentar síntomas, escenarios, emociones y salidas diferentes para cada quien. Por lo que el hecho de que alguien que ronde a una persona deprimida, haya padecido de depresión, no es una garantía de un mejor manejo o soporte.
La depresión lleva consigo un desequilibrio químico, ante el cual se torna diferente la apreciación de la vida misma y retomar el equilibrio en la segregación de hormonas es una tarea que solo alcanzará quien padece del trastorno depresivo.
Sin embargo, las personas que le rodean pueden resultar beneficiosas o perjudiciales en el proceso de curación o sanación de quien se encuentra deprimido.
Algunas de las cosas que se sugieren hacer a fines de colaborar positivamente como acompañantes son:
- Brindar apoyo moral y compañía en la medida de sus posibilidades, aun cuando la persona deprimida demande soledad.
- Ofrecer palabras que ayuden a empoderar a quien se encuentra deprimido, depositando confianza en sus capacidades para salir de esa situación.
- Invitándole a reencontrarse con lo que le apasiona, si no está claro lo que pueda ser, es válido dar opciones de distracción.
- Apoyar cualquier sana terapia que quiera experimentar, especialmente si le acercan a su centro y le alejan de la clásica medicación.
- En todo momento actuar desde la buena voluntad, con paciencia, con tacto y con afecto.
Las cosas que debemos evitar hacer:
- Decirle a quien padece de depresión que no tiene absolutamente nada y que todo aquello es un invento con fines de manipulación.
- Criticar o juzgar el comportamiento derivado del cuadro depresivo.
- Obligar a tomar alguna medida, por beneficiosa que nos parezca.
- Magnificar el problema o por el contrario hacer como si no existiese.
- Insinuar o decir directamente que la persona está deprimida porque quiere.
- Afirmar que esa persona no podrá salir de esa situación.
- Medicar sin especialidad médica que respalde su criterio.
- Avergonzar delante de los demás con fines de retar a quien está deprimido a salir de su estado.
- Alejarse por no saber aportar algo positivo.
- Castigar a la persona deprimida con un trato particular como medida de presión.
Da siempre lo mejor de ti
Definitivamente no es sencillo estar junto a alguien que de alguna manera se desconectó de su energía vital y de su propósito, puede generar angustia, impotencia, frustración… Pero detrás de todas estas emociones, debe prevalecer el sentimiento, el cariño que sentimos hacia esa persona y quizás nos cueste colocarnos en un lugar desconocido para nosotros, pero la empatía y la solidaridad resultan de gran apoyo.
Ciertamente solo quien padece la depresión puede salir de ella, una vez que haya entendido para qué llegó ese trastorno a su vida y genere los cambios que sean necesarios. Pero el apoyo, el acompañamiento y sobre todo el amor de quienes le rodean harán mucho más sencillo el camino o al menos un poco más iluminado hacia la salida.
Sé esa luz que esa persona necesita, transmítele alegría y confianza, recuérdale su valor y la importancia de su existencia al menos para ti. Conviértete en ese brazo que la sostenga y no en el dedo que la juzgue. Una persona deprimida no lo está inventando, cree lo que te dice sentir y sin dejarte arrastrar a un abismo, ofrece lo que esté a tu alcance para que pueda salir de allí.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.com