Sí, el amor duele, pero no para siempre. Una ruptura amorosa puede ser un mal momento para algunos, y una completa desgracia para otros. Pero para superar una situación así, vas a necesitar de mucho coraje y determinación.

Si estás leyendo este post, es porque seguramente estás pasando por algo similar… ¡y el miedo te paraliza! Eso es absolutamente normal.. No sabemos qué será de nosotros sin esa persona en nuestra vida. Es una etapa de la vida muy dolorosa, y es necesario aprender a manejarla con inteligencia emocional.

“Cada fracaso te enseña algo que necesitabas aprender” – Charles Dickens

Terminar la relación con la persona que hemos amado, puede ser realmente un infierno. De ti depende como lo veas o lo experimentes, sin embargo, te aseguro que si entras en consciencia de que es algo “totalmente normal y natural” en las relaciones humanas, verás la situación desde otra perspectiva y podrás salir del dolor más fácilmente.

Toda ruptura amorosa es un duelo…

Romper con nuestra pareja es un proceso emocional muy difícil, independientemente de las causas o circunstancias de la separación. Tanto si ha sido decisión tuya, o te viste en un callejón sin salida, el dolor el real. Irremediablemente vas a tener que transitar por ese duelo para poder superarlo.

Pero por más traumática que haya sido la ruptura, por más dolor que sientas, por más atormentada que estés, ten la seguridad de que de allí sacarás un gran aprendizaje. El tiempo es un gran maestro, y seguramente podrás volver a respirar felicidad si haces el trabajo emocional necesario.

Transita por las etapas del duelo en una separación amorosa:

Toda separación conlleva varias etapas por las cuales necesariamente vas a pasar. Y es importante conocerlas y estar consiente de ellas, para lograr transitar ese dolor con sabiduría y de forma sana.

Cuando finaliza una relación de amor, el vacío es intenso, y tratar de manejar nuestras emociones se hace prácticamente imposible, a menos que tengamos conocimiento de ciertas técnicas de inteligencia emocional. Y es que el fin de una historia amorosa se vive como un proceso de duelo, porque estas “perdiendo” a alguien.

Es importante no quedarnos estancados en alguna de estas etapas del duelo, ya que podemos generar un bloqueo emocional que podría convertirse en un caso patológico. Y esto requerirá sin duda la ayuda de un profesional.

El tiempo en estos casos es un factor clave, ya que nuestra mente debe asimilar los hechos, la ausencia, y afrontar un mar de emociones que invaden y arrollan… miedo, tristeza, ansiedad, frustración, rabia, ira, angustia…y los infaltables “y si hubiera hecho…y si hubiera dicho…”

1.- Caes en negación:

Aún no crees que eso está pasando… Es una pesadilla, no es posible. Al principio todo es confuso, y negar que te está pasando algo así es normal. Llorarás a mares, o tal vez te bloquees y no sientas nada, pero es importante sacar afuera tu confusión y tu llanto.

2.- Sientes profunda rabia:

El odio y la rabia te invaden! No entiendes cómo es posible que te hayan echo algo así, es una injusticia, es una traición! Pero es necesario asimilar la situación y aceptar los hechos, aunque tengas que pasar por una profunda tristeza y en tu cabeza resuene sin descanso “¿porqué a mi?”…

3.- Gestionas la negociación:

Esta es una etapa en la que intentamos rescatar algo de lo que queda, bien sea forzando soluciones o razonando acuerdos desesperados. Actuamos de forma impulsiva, llamando, enviando mensajes, apareciendo en lugares de forma “casual”… pero nada de eso lleva a una solución, ni vuelve el tiempo atrás. Es momento de pasar también esta fase.

4.- Tiendes a la depresión:

Ahora todo comenzará a cobrar sentido, y caemos en cuenta de que realmente nuestra relación ha terminado, que no volverás a estar junto a esa persona. A estas alturas ya has desarrollado una profunda tristeza, desgano y sin esperanzas. No querrás salir o hacer las cosas que antes disfrutabas. Es una etapa necesaria para sacar todas las emociones que las demás etapas reprimían.

5.- Logras la aceptación:

Es la última fase de una ruptura amorosa, donde ya vas aceptando el hecho y comenzando a disipar el dolor. Ya vas viendo la luz al final del túnel y la alegría de vivir comienza a destellar tímidamente frente a tus ojos.

A partir de aquí, si tienes una autoestima fortalecida, podrás comenzar a ver las fotos de tu ex y no sentirte tan mal. Pero si tu autoestima o inteligencia emocional es endeble, podrías caer en comportamientos tóxicos y autodestructivos. O buscarás diferentes parejas para “sacar el clavo”, sabiendo que aún no es el momento idóneo.

Consejos finales para superar la ruptura amorosa:

Una vez que has pasado por las diferentes y necesarias etapas del duelo, te toca trabajar en ti misma para fortalecerte y desarrollar tu amor propio.

• Los psicólogos hacen mucho énfasis en trabajar la autoestima, ya que es el pilar fundamental de la relación contigo misma. Sentirte valiosa, merecedora y digna de amor, aprender a disfrutar de tu propia compañía, consentirte y disfrutar estando sola.
• Aprende a descubrir tu verdadera identidad, tus fortalezas y virtudes, los dones con los que naciste, todo lo que te hace única y especial.
• El dolor va pasando, pero habrá momentos en que vuelve a hacerse sentir. No es sano rechazarlo, simplemente debes aceptarlo y abrazarlo como parte de ti, mientras ves como se disipa lentamente.
• Llora todo lo que tengas que llorar, no reprimas tus emociones, déjalas fluir. No te de vergüenza sacar tus emociones a flote, es bueno desahogarse.
• ¡Un punto extremadamente importante es evitar caer en el victimismo! Compadecerte de ti es ir cavando tu propia tumba! Es un arma muy peligrosa que debes evitar a toda costa!
• Evita el aislamiento y recupera tu vida social. Haz nuevos amigos, comparte con tus familiares, regálate un viaje o un cambio de look. Todo es válido para ir variando tu anterior rutina.
• Emprende nuevos proyectos en tu vida. Si es posible, cambia de trabajo, busca nuevos objetivos y metas que te apasionen. Intenta cada día mirar sólo hacia adelante. ¡Nunca atrás!

Una ruptura amorosa nos enseña a ser más exigentes con nuestras futuras relaciones, a no permitir o tolerar ciertas cosas que nos hacen daño, y a definir mejor nuestros límites. Ver el lado positivo de todo nos permitirá aprender de nuestros errores y definir nuestras prioridades y mejorar nuestro futuro.

Por: Loubna Hatem ∼ reencontrate.com

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