Viajar es uno de los mejores alimentos para el alma… Así que no lo pienses, ¡VIAJA!
Dentro de las cosas más nutritivas que podemos hacer a lo largo de nuestras vidas, una de las que encabeza la lista es sin duda: VIAJAR.
Viajar representa una excelente inversión de tiempo y de dinero, de donde normalmente no sacamos más que ganancias.
Entendamos que lo que no alimenta el alma no corresponde a cosas materiales, sino los buenos momentos que se graban en nuestros corazones, los afectos, las experiencias, lo que sentimos en determinadas circunstancias y el viajar es una excelente oportunidad para meter en nuestra mochila un poco de cada uno de eso alimentos… Y paradójicamente, esa mochila no es de las que pesan, sino de las que se convierten en impulso y apoyo para dar cada paso en nuestras vidas.
La vida no se mide por el número de veces que respiramos, sino por los lugares que nos quitan la respiración.
Y la verdad es que tenemos el privilegio de vivir en este planeta que tiene tanto para mostrarnos. Hay miles de paisajes que de solo mirarlos nos cambian la forma de apreciar el resto de nuestras vidas.
Viajar nos transforma, llegar a un nuevo destino nos da la oportunidad de conocer tantas cosas: climas, personas, culturas, costumbres, arte, paisajes, gastronomía, música… Pero lo más importante es que nos da la oportunidad de conocernos un poco más a nosotros mismos y bien reza el dicho:
El que vuelve de un viaje, no es el mismo que el que se fue.
Viajar es una inyección de vida, para lo que siempre debemos reservar nuestros recursos. Resulta imperdonable no tener tiempo para viajar o no darle prioridad en nuestro presupuesto.
Prefiero mi pasaporte lleno de sellos, que mi casa llena de cosas.
Y claro que una cosa no debe limitar la otra, la idea es que seamos prósperos en todos los sentidos de nuestras vidas y nuestros recursos den para todo lo que queramos… Pero en lo particular, si en algún momento tuviese que elegir entre algún activo y conocer algún nuevo rincón del mundo, sin duda, ese rincón se llevaría mi atención y con ello mis recursos.
La vida es muy corta y este mundo tiene muchos lugares interesantes, para todo tipo de personas, sin importar sus preferencias… Si te gusta viajar, siempre hay un sitio esperando conocerte. Si no te gusta viajar, puede ser porque no le hayas dado la oportunidad o bien hayas tenido alguna mala experiencia… En cualquier caso te invito a atreverte de nuevo.
Los viajes son como el amor, sí, puede que alguno no resulte como esperábamos, pero como dice El Principito: Es una locura odiar a todas las rosas porque una te pinchó. Habrá incontables experiencias esperando que las vivas.
Simplemente respirar un aire que no es el habitual, ya genera un cambio. Inconscientemente nos preparamos a asumir retos distintos, a dar pasos en direcciones desconocidas, a decirle a la vida: aquí estoy para vivirte, para disfrutar cada cosa que tienes para mí.
Los viajes te darán anécdotas que contar, recuerdos que vivir, te enriquecerán tu cultura y tu lista de contactos. Está abierto a llenarte del lugar, de su gente, mira a tu alrededor como un niño lleno de curiosidad y asombro, reconoce las diferencias con respecto a lo que ya has visitado, escucha esas palabras por primera vez y atrévete a bailar al ritmo de esa música nueva para ti.
Sácale el mayor provecho a cada uno de tus viajes, cuando estamos de paso y se nos cruza por la cabeza que quizás no transitemos más por algún sitio, podemos disfrutar de cada detalle… Y ojalá pudiésemos aplicar ese mismo principio a nuestra vida misma… Porque desde que nacemos, hasta que partimos de este plano, nos encontramos en nuestro viaje particular. Disfrutemos cada día de esta aventura con pasión y nos iremos con el alma muy bien alimentada.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.com