Convivir en pareja, ¿Sí o no?

Convivir en pareja, ¿Sí o no?
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Actualmente la tendencia a que las parejas decidan vivir cada una en su espacio, está en alza. Hoy queremos abordar este tema planteando lo que en su mayoría considera como ventajas y desventajas de la convivencia.

Evidentemente cada pareja es particular y las dinámicas que cada una adopte será la que funcione para ambas partes de la relación. En el caso de que una de las partes se sienta incómoda en cuanto a la forma de compartir sus vidas, la frustración tarde o temprano marcará la relación.

Viviendo juntos:

La convivencia en pareja es muy entretenida, que en tu hogar esté la persona con la que te proyectas compartir una parte de tu vida, se convierte para muchos en una fuente de alegría y de soporte moral, emocional y espiritual.

El tener a la persona que quieres cerca, disponible para hablar, para compartir una comida, para hacer el amor, para ducharse juntos, es una ventaja de la convivencia.

Para muchos el simple hecho de dormir junto a alguien mejora las condiciones de su sueño, los hace sentir acompañados, no solo en el sentido físico.

Poder dividirse las tareas del hogar, quién concina, quién lava, quién limpia, quién tiende la cama,

Conocer a la persona que escogiste como pareja es otra ventaja, que quizás no arroja los resultados esperados, pero que sin duda nos ayuda a ubicarnos en la realidad con respecto a la otra persona.

Dividirse gastos económicos, siendo el lugar de convivencia el único sitio para ambos, es común que ambos contribuyan en la medida de sus posibilidades o los acuerdos establecidos en los gastos de la casa.

Lo que menos agrada

Los espacios comunes pueden hacerse pequeños para dos personas, aun cuando sean de gran extensión.

Si el sitio seleccionado para convivir juntos pertenece a alguno de los dos con anterioridad, puede ser complicado el que la otra persona se sienta completamente cómoda, ésta tendrá que abrirse un espacio y dependerá mucho de quien habitaba el lugar el hacerle sentir su casa al nuevo integrante del hogar.

El no sentir el espacio como propio, sino invadiendo el territorio de la otra persona, abre espacio para incomodidades, lo cual debe manejarse con mucho tacto.

Viviendo en casas separadas:

Las parejas también con altos niveles de compromisos pueden decidir vivir en casas separadas y ven en esta dinámica muchas ventajas.

El espacio personal es respetado por ambos, pueden escoger una de las casas, las dos o bien un sitio adicional para compartir como parejas.

Cada uno tiene la posibilidad de disfrutar de su soledad y de las cosas que prefiere hacer en ese estado.

Se sienten más libres y quizás menos comprometidos ante la relación, sin el posible peso que puede representar el vivir juntos.

No se comparten normalmente gastos, ya que cada uno tiene responsabilidades en sus propios e individuales hogares.

Este estilo de compartir puede ajustarse mejor a personas que no están claros en lo que quieren a nivel de pareja, no están convencidos de querer convivir con su pareja actual o sencillamente aman el poder estar solos, sin que nadie comprometa sus espacios.

Lo que se ajuste a cada pareja

Lo tradicional es que las parejas vayan evolucionando y resulte para ambos integrantes un motivo de alegría el dar un paso adelante, para disfrutar de la compañía y comprometerse con lo que sienten, haciendo parte de su vida cotidiana a la persona que piensan es la indicada para compartir sus vidas.

Algo tradicional, no necesariamente debe estar asociado a lo correcto. Porque cada pareja decidirá su mejor destino. Pero de seguro si alguna de las partes, habiendo conocido lo suficiente de la otra y entendiendo lo que representa convivir quiere dar ese paso y solo encuentra barreras por parte de la otra persona, de seguro encontrará la manera de alejarse de allí y encontrar a alguien que se ajuste a sus deseos y proyectos de pareja y de vida.

No hagas nada que no quieras hacer, pero respeta a tu pareja, aceptando que si ambos no quieren lo mismo, lo mejor es separar caminos y en caso de que los dos estén de acuerdo con su forma de compartir y convivir, pues celebra y cuida tu relación a través de cada gesto, de cada acción y cada pensamiento, asociado a ella.

Por: Sara Espejo – Reencontrate.com


Sara Espejo