Es más cómodo negar la realidad que crear una diferente

Es más cómodo negar la realidad que crear una diferente
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Cuando nos ocurren cosas,  en especial desagradables, actuamos inconsciente o conscientemente al intentar negar la realidad, al resistirnos a ella. Perdemos demasiada energía en ese proceso de no aceptar las cosas tal cual son. He allí el verdadero problema, no en lo que ocurre, sino cómo lo vemos y colocamos toda la resistencia posible ante lo que estamos viviendo.

Lo que nos está pasando ahora es real, no lo podemos cambiar, es el producto de lo que hicimos, fuimos y sentimos en nuestro pasado. En lugar de resistirnos y pelearnos con el resultado, nos conviene entender que así como nuestro hoy es el resultado de nuestro pasado, estamos hoy viviendo lo que será el pasado de nuestro futuro.

No es un trabalenguas, ni un juego de palabras, es la clave para entender que estamos en la posibilidad de hacer las cosas diferentes hoy, para obtener resultados diferentes mañana. Ésta no es la posición más cómoda, más cómodo resulta seguir actuando como sabemos hacerlo, obteniendo los resultados a los cuales estamos acostumbrados, aunque nos peleemos con ellos.

Crear una nueva realidad

Aprendamos a dar paso a la creación de una nueva realidad. Esto requiere un esfuerzo, requiere reconocer patrones conductuales, requiere estar atentos a lo que pensamos, también requiere revisar creencias y hacer un trabajo especial para restarles valor, para poder reaccionar ante ellas cada vez que tengamos el estímulo que la saque a la luz e intente manifestarse a través de nuestras decisiones.

Salir de la inercia no es tarea fácil, no tenemos que lanzarnos de la rueda, pero podemos ir dando ciertos toques sobre el piso buscando disminuir la velocidad o inclusive cambiar de rumbo… En algún momento nos sentiremos más confiados como para bajarnos de allí e ir de cualquier otra manera en la dirección de donde queremos estar, que difícilmente es la que lleva la rueda de manera inercial.

Tenemos la capacidad y es un hecho que estamos continuamente construyendo lo que será nuestro futuro, ¿por qué no somos más cuidadosos entonces? ¿Por qué si sabemos que estamos pintando el lienzo de nuestra vida, no tenemos reparo en derramar un montón de tinta negra por todas partes? ¿Cómo derramamos esa tinta? A través de nuestros pensamientos, con lo que permanece predominantemente en nuestra mente, te mencionaré solos algunas maneras de derramar tinta:

  • Ver el lado negativo de las personas.
  • Ser desagradecidos.
  • Desvalorar a quienes nos quieren.
  • Mentir a los demás y a nosotros mismos.
  • Desaprovechando el tiempo.
  • Recordando cosas dolorosas del pasado.
  • Guardando rencor.
  • Sintiendo culpa.
  • Planeando una venganza.
  • Preocupándonos.
  • Envidiando a otros.
  • Descalificándonos.

¿Qué tipo de pensamientos predominan en tu mente?

Mira tus pensamientos, ¿qué predomina? Lo que te hace sentir bien o por el contrario, aquello que te hace lamentarte y conectarte con el malestar. Es común que no podamos aceptar el presente, que siempre queramos algo diferente. Incluso cuando llegamos a un punto que soñamos alcanzar por mucho tiempo, podemos sentir esa decepción de no ser como lo imaginamos y opacar el momento que no necesariamente coincide con nuestras expectativas.

Acostúmbrate a reestructurar tu pensamiento, inyecta cambios. Ponte la tarea de encontrar algo positivo en cada cosa, situación o persona que critiques. Esos pequeños cambios te distraerán de donde normalmente colocas tu enfoque y poco a poco establecerás dinámicas de pensamientos diferentes. Incluso puede ser que llegue el momento de que no haya quejas en tu mente, solo gratitud, alegría, disfrute, entendimiento, aceptación… Y desde esos estados, de seguro vamos a crear una realidad que nos haga sentir muy bien.

Usa tu tinta para escribir cosas agradables, no para de manera aleatoria esparcirla en donde debemos estar creando una hermosa composición, preferiblemente a full color.

Por: Sara Espejo – Reencontrate.com


Sara Espejo