No le pidas permiso a los demás para ser feliz
Ser feliz… Tan familiar y tan ajeno a la vez. Algunas veces nos sentimos en la necesidad de esperar la aprobación de los demás para ser felices. Demostrando que no sentimos libertad para estar bien con la vida y en ella y que debe venir una tercera persona a otorgarnos el permiso o la autorización para ser felices.
Esto ocurre por lo general cuando vivimos a través de la vida de los demás, cuando no le damos sentido a nuestras vidas si no es por lo que hacemos por alguien más, por el rol que ocupamos en sus vidas o por lo que otras personas puedan sentir hacia nosotros.
Pues no debemos vivir a través de alguien más, de hecho no podemos. No importa si es nuestra pareja, nuestros padres, nuestros hijos, quien sea… Nosotros tenemos una vida propia y ya eso nos da derecho de ser felices por cuenta propia y lo más importante, de tomar las acciones que consideremos necesarias para ser felices, las cuales siempre van acompañadas de mucho amor y aceptación hacia nosotros mismos y por ende, desligadas de la opinión de los demás.
Está bien pensar en quienes amamos, pero ello no debe ser un obstáculo para vivir lo que deseamos. Recordemos que por más que compartamos nuestras vidas con otras personas, la vida es algo propio, nadie puede sentir por nosotros, nadie puede existir por nosotros, nadie puede morir por nosotros, por nuestras responsabilidad sí, pero no por nosotros.
Así que si por un solo momento lo has dudado, convéncete de que naciste para ser feliz, ése es tu mayor propósito y como ventaja adicional está que cuando tú conectas con tu felicidad, puedes ofrecerle a quienes te rodean tu mejor versión, la que irradia lo mejor de ti.
Esenciales para la felicidad
Si bien la felicidad no tiene una receta como tal, hay algunos elementos que nos hacen más sencilla la conexión con ese estado que se encuentra dentro de cada uno y que podemos asegurarnos de mantener en nuestras vidas.
Amor propio:
Cuando nos amamos y nos respetamos atraemos a nuestras vidas experiencias y personas que van en sintonía con ese amor. Sabemos distinguir con prontitud dónde quedarnos y de dónde marcharnos, así como se nos facilita establecer límites claros, conscientes de lo que esperamos recibir.
Tiempo de calidad:
Debe haber tiempo de calidad que nos podamos dedicar y durante el cual podamos disfrutar de lo que nos gusta y amamos. Vivimos enmarcados en el tiempo y debemos aprender a hacer un buen uso de él.
Rodearnos de seres amados:
El amor alimenta, cuando es recíproco debemos procurar nutrirnos de ese amor, ése es un camino sencillo hacia la felicidad. Nuestro entorno normalmente nos afecta y nos facilita o nos entorpece la conexión que podemos tener con el bienestar.
Atender sueños propios:
Está muy bien colaborar con los sueños de los demás, pero debemos tener, cultivar y caminar hacia nuestros propios sueños, porque a fin de cuentas, la vida es individual.
Saber ignorar la opinión de los demás:
Debemos ser selectivos en lo que decidimos aceptar e integrar a nuestras vidas en cuanto a lo que dicen los demás. Todos podemos sentirnos inspirados por las palabras de otro, podemos ver cosas que antes no éramos capaces de ver, pero debemos intentar no afectarnos de manera negativa con lo que otros piensen, porque es solo eso, un pensamiento, una opinión, algo que no necesariamente es cierto.
Ser feliz nos corresponde a cada uno de nosotros, no debemos depositar nuestra felicidad en el bolsillo de alguien más, mucho menos esperar a que alguien nos dé el consentimiento para ser felices… ése es nuestro derecho e incluso nuestro deber.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.com