Por más que quieras estar en esa mesa, no te conformes con ser el segundo plato
A veces nuestra autoestima nos traiciona e incluso llegamos a engañarnos a nosotros mismos, creyéndonos que por estar cerca de lo que queremos, por ser considerados al menos como opción, ya estamos tomando terreno.
Somos nosotros los que debemos darnos una determinada posición
Nadie que nos quiera como segundo plato realmente puede merecernos. Y está en nosotros establecer los límites sanos que le mostrarán al otro lo que estamos dispuestos a soportar.
Puede ser que alguien te haya ofrecido ser el primer plato, la opción A. Pero si el tiempo ha transcurrido y sigues estando allí, de manera rezagada, mientras la primera opción está con el verdadero protagonismo, debes considerar que ese momento que quizás hayas estado esperando puede no llegar nunca.
Y de hecho si es que milagrosamente tu dignidad, o la falta de ella, soporta un largo recorrido, donde te ofrecen cualquier elemento sobrante y logras esperar a que la opción A, decida dejar de ser opción (Sí, el primer plato, es el único capaz de dejarte esa posición, porque para quien disfruta de esos platos, si quisiese que fueses tú la primera opción, ya lo serías)… Te puedo asegurar que ya no te sentirás bien estando en esa mesa.
Cada quien merece formar parte de la vida de alguien que esté dispuesto a darlo todo por esa persona, a demostrarle lo que siente, a no esconder nada ante el mundo, a tejer planes que sean materializables a futuro… Cada quien merece un amor para sí, que no le haga esperar, que no le responda cuando está solo o cuando está indispuesto con su plan real…
No permitas que alguien haga experimentos contigo, en donde lo único que están demostrando es que necesitan diversas opciones para tranquilizar sus inseguridades y reafirmar su posición ante ellos mismos y ante los demás.
Además de hacerte daño tú, degradándote y humillándote, alimentas el ego de quien cree merecer varios platos en su mesa.
Vibra como un primer plato
Aprende a vibrar de una manera diferente, aprende a decirle al Universo lo que mereces a través de lo que irradias. Encontrar quien te quiera como su plan A, dependerá solo de ti. Mientras no te importe ser la segunda opción de alguien, el Universo te enviará siempre a ser la reserva de alguien y vivirás en la sombra y de las sobras.
El amor propio nos coloca a todos una A gigante en la frente, que ninguna persona que se acerca puede obviarla, que no permite que nadie nos ofrezca menos que eso. Cuando este amor propio es débil, la A se va haciendo más pequeña, ya no la ven en la distancia, se va convirtiendo en B e inclusive en otras letras más del abecedario…
A todos nos gusta tener planes de repuesto, aun cuando no los tengamos que usar en simultáneo. Que seamos o no el plan de repuesto de alguien es algo que solo nosotros podemos limitar. Y cuando nosotros nos vemos y nos sentimos merecedores de aquello que nos coloca en la primera y única opción de alguien, es cuando el Universo entiende que no le daremos cabida a ser ninguna otra letra y nos pondrá en contacto solo con quienes sintonicen con esa realidad.
Debemos aprender a vernos como nuestra primera opción, a amarnos, a querernos, a trabajar en quienes somos y tener claro qué podemos ofrecer al mundo y a nosotros mismos. Construir lo que recibimos de nuestro exterior es algo que se fundamente en la construcción interior.
No te conformes… Vales mucho, solo debes reconocerlo y no obtendrás nada que no esté asociado a lo que tú sientas por ti.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.com