Reconciliarse con uno mismo y con los demás, perdonar y soltar
Llega fin de año e invariablemente nos lleva a reflexionar. Este es un buen momento para reconciliarse con uno mismo y con los demás, perdonar y soltar.
Es necesario que “pongas sobre la mesa” las cartas de tu presente, solo lo que tienes aquí y ahora porque lo que sucedió en el pasado, bueno o malo, ya fue. Lo bueno, lo atesoramos y lo que nos provocó angustia y dolor, ya no cargaremos más con ello.
Para eso debemos reconciliarnos con nosotros mismos, con nuestra vida y nuestro pasado. Somos seres imperfectos por naturaleza, no somos tan sabios para hacer siempre lo correcto. Además… ¿quién determina lo que es correcto?
“Ningún hombre puede sentirse cómodo sin tener su propia aprobación”. Mark Twain
Cómo reconciliarse con los seres queridos y perdonar
Como bien dije al comienzo de la nota, estas fechas nos llevan a revisar nuestro año, cómo ha transcurrido nuestra vida, cómo han sido nuestras relaciones con nuestros familiares y con los demás.
Si tenemos diferencias con alguien que sentimos nos ha hecho daño, es momento de sentarse a hablar con tranquilidad, analizar la situación y proponer una solución para poder rescatar la relación (ya sea familiar, de pareja o de amistad) y aprender de lo sucedido.
Perdonar…
Para reconciliarse hay que perdonar. Muchas religiones hablan del perdón pero dejando de lado la religión, desde lo personal, el perdón es necesario no solo para lograr la paz interior sino también para la salud física y mental.
Con esto me refiero a que si uno se queda rumiando una bronca por algún hecho sucedido, una enfermedad o lo que fuere, si no logramos exteriorizarlo en buenos términos, va a terminar enfermándonos.
El perdón es un proceso en el que se trabaja sobre lo que nos ha provocado dolor, tratando de analizar lo sucedido y hacer todo lo posible para reconstruir la situación superando el rencor.
Pero lo más difícil es perdonarse a sí mismo porque solemos ser muy críticos con nosotros mismos y nuestros propios errores.
4 pasos para reconciliarse con uno mismo y con el pasado
A veces nos encaprichamos con algo que sabemos que no es bueno para nosotros. Pero ahí vamos tras el objetivo, sin medir las consecuencias. Es como si se nos nublara la vista.
En algún momento la mente nos hace “clic” y es ahí cuando nos iluminamos y nos damos cuenta del error, porque antes estábamos bloqueados. Pero todo llega en el momento justo para que rescatemos el aprendizaje de lo que nos tocó vivir.
- Aceptarse: un buen ejercicio es ponerse frente al espejo y mirarse con detenimiento. Allí veremos virtudes y defectos. Al enfrentarnos con la realidad, lograremos aceptarla cuando entendamos que todos somos imperfectos y que para aceptarnos debemos comprendernos y amarnos, por sobre todas las cosas.
- Ser honesto con uno mismo: a veces sucede que actuamos de una manera y sentimos de otra. Queremos ser lo que no somos y nos cuesta darnos cuenta de que no está tan mal ser como somos. Al actuar en contra de los sentimientos, el cuerpo se manifiesta y generalmente lo hace a través de alguna enfermedad, porque la mayoría de las enfermedades tienen un origen emocional.
- Sanar el pasado: sea lo que fuere que nos haya sucedido en el pasado, el tiempo nos llevará a sanar y a no cargar con culpas. Para sanar, es necesario reconocer nuestras limitaciones, no juzgarnos y perdonarnos. Por eso es muy importante aprender a identificar cómo nos relacionamos con nuestros pensamientos y una vez logrado, nos sentiremos aliviados.
- Aprender de los errores: no creas que equivocarse es fracasar. Por el contrario, los errores nos enseñan a descubrir otra visión de lo que pudo haber sido y nos dan la posibilidad de enmendarlos. Si no cometiéramos errores no seríamos humanos. Hay que darse la oportunidad de aprender del sufrimiento y no ser tan cruel consigo mismo.
Busca en tu interior, sana tu pasado
No cabe duda de que el pasado ya no existe pero nuestro presente, para bien o para mal, está determinado por nuestro pasado, por las decisiones que hemos tomado y las experiencias que hemos vivido y las que hemos heredado.
De algunas situaciones hemos aprendido y otras nos han lastimado y son las que determinan nuestro comportamiento aunque no seamos plenamente conscientes de ello.
Por eso es tan importante revisar el pasado para poder desligarnos del peso que cargamos con tantos problemas no resueltos. Solo así podremos vivir el presente una vez que nos hayamos liberado de la carga del pasado.
Llegó el momento de reconciliarse, perdonar y soltar.
¿Estás listo para comenzar?
Isabel Quesada – Reencontrate.com