Acepta la vida como un ciclo infinito de principios y finales

Acepta la vida como un ciclo infinito de principios y finales
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Muchas veces tenemos ciertas resistencias para permitir o aceptar que las cosas tomen un rumbo determinado, más cuando nos damos cuenta de que dentro de ese curso hay un principio o un final para los que no nos sentimos preparados.

Sin embargo, la vida es un ciclo continuo y dentro de ella hay millones de ciclos más cortos en curso y eso en lugar de cargarnos de estrés o de resistencia, debería resultarnos esperanzador el intuir que al cerrar un ciclo, se abrirá uno nuevo y éste podrá ser mejor que el anterior.

La resistencia a los cambios

Resistirnos a los cambios es casi una respuesta automática de nuestro sistema, la cual debemos ir reprogramando para percibir la oportunidad que se nos presenta en cada cambio que tenemos en puerta.

Resistirnos nos genera dolor y sobre todo nos hace concentrar nuestra energía en aquello que no queremos que ocurra, lo cual ya es una manera de atraerlo y de tenerlo presente y sobre todo una manera de imposibilitarnos de poder ver el resto del cuadro.

Todo es cuestión de enfoque

En nuestras vidas están ocurriendo en simultáneo miles de cosas, la protagonista es aquella a la que le damos nuestra atención. Cuando nos enfocamos en algo, todo lo demás se vuelve difuso y muchas veces nos enfocamos en lo que nos conecta con el malestar, lo que no nos gusta o deseamos evitar, dándole todo el poder de tenernos concentrados allí, perdiéndonos de todo lo demás.

Y como nos enfocamos en eso que no nos agrada, nos sentimos mal y todo lo demás como que comienza a ir mal también, es por ello que decimos que todo lo malo viene junto… pero es una creación, es una consecuencia de nuestro enfoque. Me estoy enfocando en lo que va mal y vibro de una manera tal que atraigo a mi vida todo lo que se encuentre en esa frecuencia.

Es por ello que cambiar el enfoque es una manera sencilla y práctica de mejorarlo todo en nuestras vidas. No se trata de negarnos a una realidad, se trata de darle protagonismo a lo que nos haga sentir a gusto y desde allí observaremos como todo cambia a nuestro favor.

Todo pasa

En nuestra mente siempre debemos tener presente que absolutamente todo lo que inicia termina o cambia de forma. Esto contribuye a que no nos apeguemos a las cosas, a las personas o a las situaciones, sino que por el contrario, disfrutemos al máximo su presencia o su existencia, mientras coincidimos y que cuando las cosas tengan que cambiar, simplemente nos quedemos con lo bueno de la experiencia, podamos agradecer lo que nos aportó en momentos, en aprendizaje, en sonrisas, en recursos y soltemos… Despidiéndonos desde el amor y creyendo fielmente que lo que ocurrió fue enriquecedor para nosotros y que lo que vendrá lo será más aún.

No actuemos nunca con miedo a perder algo o a que termine alguna experiencia, sabemos que todo terminará, que todo pasará. Si nos cargamos de miedo solo perdemos energía y tomamos decisiones equivocadas, en lugar de disfrutar, de crecer, de amar… Las cosas duran lo que tienen que durar, los cierres, los finales ocurren por muchos motivos, aprendamos a tomarlos como parte de la vida, los hayamos procurado nosotros o tengamos que aceptarlos de una manera pasiva.

Los puntos se unen hacia atrás

Si ahora no tienes claro el porqué de una situación, ten por seguro que en algún momento obtendrás la respuesta, porque los puntos siempre se unen hacia atrás. En algún momento podemos mirar a nuestro pasado y entender el propósito de lo que ocurrió e incluso apreciar los efectos de aquello que no llegó a pasar y en algún momento lamentamos. Confiemos en el tiempo que pone todo en su lugar.

Por: Sara Espejo – Reencontate.com


Sara Espejo