Tu cerebro no diferencia entre el placer de aprender un idioma, tener sexo o comer dulces

Tu cerebro no diferencia entre el placer de aprender un idioma, tener sexo o comer dulces
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La neurociencia, desde hace décadas, se ha dado a la tarea de entender la forma en que funciona el cerebro cuando  utilizamos el placebo como método para observar su percepción de las sensaciones.

Estos estudios científicos han hallado recientemente que nuestro cerebro no diferencia realmente entre el placer que siente ante el sexo, ante la ingesta de un chocolate o cuando aprende un idioma nuevo. Cualquier acción satisfactoria activa el sistema de recompensa del cerebro sin diferenciar una de la otra.

Aprender un nuevo idioma da placer al cerebro, al igual que comer un chocolate o tener sexo.

Dentro de éstas investigaciones, un grupo de científicos del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge  en Barcelona España, conjuntamente con la Universidad Otto von Guericke de Magdeburg  de Alemania, hizo publico los resultados de la investigación sobre el efecto en el cerebro al aprender un nuevo idioma, particularmente referente al llamado “circuito de placer y recompensa” que involucra regiones cerebrales tales como el hipotálamo, el núcleo accumbens y el córtex orbitofrontal.

Hasta los momentos de la investigación, solo se conocía que el hecho de aprender un nuevo idioma genera nuevas conexiones neuronales, pero realmente se desconocía que el proceso influye también en las emociones.

La recompensa que percibe nuestro cerebro por saber nuevas palabras en otro idioma, activa una red de regiones neuronales que incluye el hipocampo (el cual tiene un papel clave en la memoria). Además de varias áreas que liberan el mensajero químico dopamina, que aumenta la sensación de felicidad y placer.

El experimento científico:

Se le pidió a treinta y seis voluntarios que intenten aprender el significado de nuevas palabras, leyendo pares de oraciones, mientras están dentro de un escáner cerebral.

La mitad de las oraciones combinadas proporcionaron un significado claro y obvio para la nueva palabra.

nuestro cerebro

Como tal, los voluntarios estaban razonablemente conscientes cuando habían aprendido el significado de una nueva palabra sin ninguna intervención externa.

Este enfoque confirmó que la actividad del ciclo de memoria de recompensa del cerebro aumentaba cada vez que un voluntario aprendía una nueva palabra.

Luego, fuera del escáner cerebral, los voluntarios realizaron la misma tarea, pero esta vez tuvieron que evaluar qué tan atractiva y agradable la encontraron después de cada prueba.

El aprendizaje es en sí mismo gratificante, y activa el circuito de memoria de recompensa del cerebro.

Las respuestas emocionales como, el disfrute, desencadenan la sudoración, que altera la actividad eléctrica de la piel. Así que se observó mayores cambios en esta actividad “electrodérmica” cuando los voluntarios aprendieron palabras que recordarían un día después. Más que cuando aprendieron palabras que olvidarían rápidamente.

Los voluntarios también informaron un mayor disfrute al aprender las palabras que posteriormente recordarían mejor, incluso después de siete días.

Una pregunta clave para el futuro:

¿Aprovechar formas de aprendizaje intrínsecamente gratificantes podría ser una estrategia educativa más efectiva, que confiar en comentarios e incentivos externos?

Esto podría ser crucial para mejorar el diseño de los programas educativos, por ejemplo, en la enseñanza de la alfabetización y los idiomas extranjeros, y para mejorar la recuperación de las habilidades verbales perdidas después de un accidente cerebrovascular.

El éxito del aprendizaje modula el placer y promueve recuerdos estables después de intervalos más largos

En cierto sentido, el placer puede considerarse como el truco más audaz de la evolución. Sirve para motivar al individuo a buscar las recompensas necesarias para mantenerse en forma.

Para comprender la conexión subyacente, hay que reconocer que las recompensas implican una combinación de varios componentes psicológicos:

  • Gusto:reacciones centrales al impacto hedónico
  • Deseo: proceso de motivación de relevancia de incentivos
  • Aprendizaje: asociaciones pavlovianas o instrumentales y representaciones cognitivas

Estos procesos componentes también tienen mecanismos neurales discriminables. Los tres procesos pueden ocurrir juntos en cualquier momento durante el ciclo de comportamiento de recompensa, aunque los procesos de deseo tienden a dominar la fase inicial de apetito, mientras que los procesos de gusto dominan la fase de consumación posterior que puede conducir a la saciedad. El aprendizaje, por otro lado, ocurre a lo largo del ciclo.

cerebro centro del placer

Una neurociencia de recompensa busca mapear estos componentes en las redes cerebrales del individuo.

La comida, aprender un idioma y el sexo, activan nuestros puntos de placer más profundos

En conclusión… Estudios científicos han determinado que la comida y el sexo también están físicamente conectados en el sistema límbico del cerebro. Lo que controla la actividad emocional en general, al igual que aprender palabras en otro idioma.

Las tres acciones individualmente van por una línea emocional similar, lo que provoca tipos similares de reacciones. Dicho de otra manera, generan dopamina, que es la hormona de la felicidad.

Te invito a aprender diversas formas de generar dopamina en tu cuerpo.

Qué otra acción te genera dopamina en tu cerebro? Déjanos tu opinión en la cajita de comentarios!

Por: Loubna Hatem ∼  Reencontrate.com


Loubna Hatem

Ingeniero Civil. Redactora digital SEO.