Este tiempo nos está enseñando cosas muy valiosas, que ojalá estemos aprovechando al máximo. Una de esas cosas es poder estar presente en las vidas de aquellos que son importantes para nosotros, sin poder acercarnos tan siquiera un poco a nivel físico.

Sí, no estamos acostumbrados a amar sin sentir cerca, no todos conocen esa práctica. Pero a veces nos toca aprender de las formas más curiosas cómo es hacer lo posible porque otra persona sienta nuestra presencia sin poder acortar las distancias.

Hagamos uso de todos los recursos disponibles para decir presente

Afortunadamente la tecnología nos ayuda, podemos comunicarnos, podernos llamarnos y vernos la cara mientras nos hablamos, podemos cantarnos cumpleaños a través de una plataforma e incluso podemos enviar un detalle a esa persona especial que sabemos que nos necesita, pero que bien sabemos al igual que todos debe esperar…

Todos debemos esperar con la mejor actitud posible por esos besos y esos abrazos, por ir tomados de las manos, por sentirnos nuevamente… Todos debemos aprovechar los recursos que tenemos a mano para paliar un poco nuestro propio aislamiento y el de las personas que queremos.

Sí, ahora no podemos estar juntos, tan juntos como quizás nunca deseamos hacerlo… Porque así somos, basta que algo no lo podamos hacer, para que nos den unas ganas locas, casi incontrolables de ir a hacerlo. Pero eso es bueno, porque nos ayuda a valorar la posibilidad constante de acercarnos a alguien, a lo cual pudimos no haberle sacado el mayor provecho.

A algunos se les hace más sencillo que a otros, y hay tantas, pero tantas historias en estos días, personas aisladas en un país ajeno al suyo, matrimonios que se encuentran separados por kilómetros, hijos de padres separados que no pueden ver a alguno de los dos, personas solas lidiando con sus miedos y demonios… En fin, todos tendremos algo que contar cuando pasen los años acerca de esta experiencia.

¿Qué recordaremos de estos días?

De seguro, una de las cosas que más recordaremos cuando estos días pasen, será con quien pudimos contar, a esa persona que nos tendió la mano de forma desinteresada, quien se preocupó por ayudar a un familiar a quien no tuvimos acceso, a esa persona que nos escuchó desahogarnos en medio del llanto y la frustración, a quien nos animó a encontrarnos en este período… A quien nos repitió todos los días cuanto nos amaba, para que lo tuviésemos siempre presente.

Vamos a recordar rostros, gestos, miradas, acciones… Por eso desde ahora le podemos decir a esas personas que han estado con nosotros sin poder estar, gracias, gracias por hacernos este camino más llevadero, por no permitirnos caer, por cuidar de nosotros y encontrar siempre una manera de sumarle a nuestras vidas algo positivo, algo cálido, algo que nos nutre…

Que esto nos sirva como trampolín para llegar mucho más alto, pero que también nos sirva de filtro y nos ayude a redistribuir los espacios reservados en nuestros corazones, que a fin de cuentas son infinitos y nuestro amor ilimitado, pero sin duda hay lugares preferenciales destinados a aquellos que se toman la molestia de mirar a través de nuestros ojos, encontrando siempre las maneras de decir presente y de hacerse notar incluso en la distancia más obligatoria que hayamos podido vivir.

¿Quiénes son esas personas a las que puedes agradecer? Hazles un pequeño reconocimiento… Y en paralelo piensa si hay alguien que esté recibiendo de ti algo de lo que hoy agradeces o bien te gustaría tener en tu vida en días como estos…. De cualquier manera, todo lo que damos vuelve a nosotros, encarguémonos de sembrar las mejores semillas posibles.

Por: Sara Espejo – Reencontrate.com

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