Los amores para siempre no se ajustan a promesas, sino a elecciones de almas
El amor no es posible explicarlo de una única manera, tiene tantas variaciones como malinterpretaciones y distorsiones. Hoy en día el amor real es cada vez más escaso y lo que normalmente vemos son amores por conveniencia, no necesariamente económica, sino de cualquier tipo.
La conveniencia lleva consigo condiciones, las cuales contradicen el verdadero amor y el que normalmente alcanza a romper esas fronteras definidas por el tiempo y llegar a convertirse en los tan famosos “para siempre”.
Un amor para siempre no se alcanza por una promesa, sencillamente porque todo cambia, incluso los sentimientos que sabemos más profundos, pueden cambiar y pasar a ser solo los restos de la inmensidad que un día pudo definirlos.
Podemos prometer amor eterno, estar con alguien en las buenas y en las malas, etc, etc. Podemos incluso estar completamente convencidos de que eso es lo que queremos. Pero eso coincide, en el mejor de los casos, con lo que sentimos en ese momento. Nuestras actuaciones y decisiones, son las que determinarán si efectivamente ese amor entrará en la lista de los que nunca mueren.
Amores para siempre, incluso en la distancia
Algo bastante paradójico que caracteriza a los amores para siempre, es que no resulta necesaria la presencia del otro, para que el amor se dé… Inclusive, hay amores eternos que solo se formaron de manera unilateral, que nunca fueron correspondidos y aun esto no fue suficiente como para dejar de amar.
Podemos amar a alguien y resignarnos o aceptar que esa persona no esté cerca, por múltiples causas, pero que no esté disponible para demostrarles ese amor o hacerles saber lo que representan en nuestras vidas. Podemos amar a alguien toda la vida y simplemente alegrarnos por saber que se encuentran bien, que su vida es plena, que son felices, incluso sin nosotros.
De hecho podemos amar a alguien y esa persona haber partido de este plano. Los amores para siempre trascienden lo que vemos y se vuelven una constante en el tiempo, que no se ajusta a ningún otro parámetro.
Decisiones de almas
La hipótesis de que estos amores están ligados a nuestras conexiones de almas, tiene bastante sentido. El pensar que seres con los que nos sabemos conectados de alguna manera, que nos duele lo que les ocurra, que son dueños de una parte de nuestro corazón a veces solo por el hecho de existir, nos puede abrir la mente a entender que nuestras almas saben algo que nosotros no y que muchos de los amores que manifestamos acá, no provienen de ahora, sino que son el resultado de una relación realmente eterna, que se ha venido alimentando de experiencias, vidas tras vidas.
Por eso no te extrañes cuando veas a alguien a los ojos y sepas que ya has estado en contacto con ese ser mucho antes de encontrarlo acá. No te sientas masoquista cuando sin importar lo que te ocurra doloroso con alguien, no puedas dejar de amarlo. Ese tipo de amor, que definen nuestras almas y que programa nuestros encuentros de alguna manera, no sabe más que de su esencia, de la más pura manera de amar, de encontrarse, ni siquiera de perdonarse, porque en ese amor todo es perfecto, no hay nada que perdonar. Aambas almas saben a qué vinieron y el porqué de los encuentros y desencuentros, inclusive el porqué de las heridas… Aun cuando nosotros racionalmente no podamos hallar la explicación.
Todos tenemos amores para siempre, algunos con la dicha de tenerlos cerca, otros amando en la distancia o a través de los recuerdos. Pero en todo caso, el lenguaje del alma es el amor y a través de él es nuestro verdadero intercambio.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.guru
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