Los atrapasueños y la hermosa leyenda detrás de ellos

Los atrapasueños y la hermosa leyenda detrás de ellos
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Quizás has escuchado hablar de un atrapasueños… Incluso puede que decorativamente tengas uno colgando en alguna parte de tu casa, tatuado en tu cuerpo, o bien te los esté presentando en este momento.

En todo caso, recientemente he leído su leyenda y deseo compartirla contigo y que la disfrutes tanto como yo.

El origen de esta leyenda es atribuido a la tribu Objuwa, de América del Norte.

El atrapasueños

Cuenta la leyenda de la tribu Objiwa, que una araña silenciosamente tejía su red en la habitación de una abuelita llamada Nokomis.

Todos los días, Nokomis observaba a la araña trabajar, tejiendo su telaraña en silencio. Hasta que una vez, mientras la observaba entró su nieto:

—¡Nokomis — gritó— mirando a la araña.

Entonces caminó hacia la araña con un zapato en la mano.

—No, Keegwa— susurró la anciana—, no le hagas daño.

—Nokomis, ¿por qué proteges a la araña? — preguntó el niño.

La anciana sonrió, pero no respondió. Cuando el niño se fue, la araña se acercó a la anciana y le agradeció por salvarle la vida. Luego le dijo:

—Durante muchos días me has visto girar y tejer mi red. Has admirado mi trabajo. A cambio de salvar mi vida, te daré un regalo.

La araña sonrió con su sonrisa especial de araña y se alejó tejiendo una red. Pronto, la luna brilló sobre una mágica red plateada que se mecía suavemente en la ventana.

Esta araña era en realidad, Asibikaashi, la encargada de cuidar de los niños y de las personas de la Tierra.

—¿Ves esta red?, te enseñaré a tejerla —dijo la araña—. Uno de sus hilos atrapará los sueños malos mientras que los sueños buenos pasarán por el pequeño agujero. Este es mi regalo para ti.

Es así, como las madres y abuelas de la tribu Objiwa tejieron redes que atrapaban los sueños malos y las pesadillas de los niños. Asegurando muy felices sueños.

 

Como vemos la leyenda del atrapasueños puede tener interpretaciones muy bonitas, que fundamenten hoy en día la comercialización de esta especie de amuletos que se encuentran disponibles para cualquiera. Sin embargo, no todos tienen claro su representación o su origen.

Los atrapasueños hoy en día son usados por los indios americanos en la medicina chamánica, como poderosos instrumentos determinantes en sus vidas.

Se habla de que los Ojibwa construían los atrapasueños anudando hebras de sauce alrededor de una argolla circular o en forma de gota de aproximadamente unos 9 centímetros, resultando una red similar a una telaraña. Las plumas son las que simbolizan la vía a través de la cual los buenos sueños llegan a quien goza de la protección del amuleto.

Se fabrican tradicionalmente en madera. El aro representa la rueda de la vida, la red actúa como filtro y protección, permitiendo que solo se mantenga cerca de nosotros, aquello que nos haga bien. Mientras que lo perjudicial se quede filtrado en la malla.

Atrapasueños

De cualquier manera, apuesto por la idea de que las cosas tienen el poder que le demos. Los milagros ocurren en la medida en que creamos en ellos. Así que si realmente depositamos nuestra fe en que un amuleto filtrará lo negativo y mantendrá cerca lo positivo, muy probablemente activemos esa energía y la pongamos a trabajar.

La fe, la certeza de que algo tiene propiedades, poderes especiales, capacidad de favorecernos o perjudicarnos, solo la posee cada quien.  Nadie puede creer por nosotros. Mucho menos alguien fuera de nosotros puede darle la fuerza necesaria a un objeto de favorecernos de alguna manera, incluso cuando mucha tradición le respalde. Es por ello que considero tan importante el creer, para poder ver. Más allá del objeto en cuestión, cualquier cosa que nos haga sentir cómodos, tranquilos y que de alguna manera trabaja a nuestro favor, es una idea que podemos cultivar y aprovechar para nuestro mayor bien.

¿Qué considero una desventaja?

Darle la fuerza a cualquier cosa para pensar que algo no deseado nos ocurrirá. Se rompió mi amuleto, algo malo va a pasarme… No, si le vas a dar fuerza a algo, que siempre sea a tu favor. Elabora y cultiva las creencias que mejor se adapten a ti y tengan la capacidad de sumarle a tu vida beneficios, no lo contrario.

Aprovechemos estos instrumentos ancestrales para beneficiarnos y sentir el contacto con sabidurías milenarias. Procuremos mantener y cultivar la idea de que de todo podemos obtener esa gracia que no tiene explicación.

Por: Sara Espejo – Reencontrate.com


Sara Espejo