Después de unas merecidas vacaciones para algunos o descanso para otros, llegó la hora de planificar el año. ¡Tal vez necesitas un cambio personal!

Sí, ya sé, aún estamos en verano por estos lares (hemisferio sur) pero generalmente, marzo es el mes de reconectarnos con lo pendiente o de comenzar algo distinto aunque, como todos sabemos, el año calendario comienza en enero.

Sin embargo el inicio del año astronómico (sidérico) coincidentemente con el año astrológico (Aries), es entre el 20 y 21 de marzo, el equinoccio de otoño en el hemisferio sur o el de primavera en el hemisferio norte.

¿Necesitas un cambio personal?

Tal vez ya te estés planteando lograr nuevos objetivos en tu vida pero esto implica un proceso de cambio y un proceso de cambio, a su vez, implica una transformación, en un amplio sentido emocional y psicológico.

Este proceso de cambio se inicia a partir de cuando comienzas a plantearte cuán feliz eres con la vida que llevas en cuanto a lo personal, familiar o laboral.

Quizás sea una pregunta que la vienes dilatando porque no es de lo más cómoda, porque te lleva a revisar si lo que haces en estas áreas de tu vida te satisface o qué te gustaría hacer para que tu vida sea más plena.

Por qué surge el deseo de cambiar de vida

Muchas razones pueden llevarte a desear darle un cambio radical a tu vida. A veces impulsado por una crisis personal que pudo haber sido causada por haber transitado una mala experiencia, otras, porque no estás conforme con cómo estás llevando tu vida, no te satisface.

Cuando esta insatisfacción es tan profunda, pasas de una crisis personal a una crisis existencial, sin encontrarle sentido a tu vida porque la consideras monótona y quieres darle un giro para sentirte más pleno, más feliz.

No siempre el deseo de cambiar viene de una carencia, sino de la necesidad de potenciar ciertas capacidades o descubrir nuevos horizontes. Por ejemplo, en el ámbito laboral, cuando decides enfrentarte a nuevos retos.

Los cambios pueden no ser radicales

Cuando las cosas no andan bien, piensas “necesito un cambio en mi vida”. Es bueno hacer cambios pero no siempre hay que cambiar radicalmente, como si esto fuera magia.

Cambiar por cambiar no es lo más adecuado. A veces piensas que los problemas vienen desde afuera pero no te das cuenta de que el problema está en ti, eres parte del problema y la solución no la encontrarás cambiando de amigos, pareja o trabajo. El cambio que necesitas es más profundo.

Por eso, ante un problema, analiza la situación y planifica tu cambio gradualmente para que puedas sentirte cómodo y seguro. Y, si no puedes solo, consulta con un profesional.

Propósitos de vida

Para lograr estos cambios debes plantearte tener un propósito de vida para alcanzar un objetivo para tu desarrollo personal en el que contribuirá a tu bienestar, tus relaciones familiares, sentimentales, laborales, tus proyectos.

Todo esto, sumado a tu autoestima y autoconocimiento, será el motor para que el cambio de esta vida que vienes teniendo sea el punto de partida hacia la vida que quieres y en la cual mereces estar. Será la transformación de tu vida.

3 preguntas indispensables que pocos se hacen

Todo proceso de cambio lleva un planteo. ¿Qué quieres conseguir? Obviamente un propósito que te lleve a hacer algo diferente con tu vida y tendrás que pensar en cómo hacerlo.

1. ¿Para qué sirve conseguir un propósito? Esto te ayudará a ahondar dentro de ti para conocerte mejor y para darte cuenta si realmente eres tú quien quiere este cambio o si lo haces para conformar a alguien de tu entorno o para cumplir con los mandatos que impone la sociedad.
2. ¿Hasta qué punto transformarías tu vida? Este deseo de transformación debe ser genuino. La visión que tienes actualmente de tu vida es la que te lleva a necesitar un cambio y para ello, debes ser consciente de que tu mirada de ti mismo cambiará al igual que tus valores. Tendrás que estar dispuesto a todo.
3. ¿Qué tienes que cambiar para lograr este objetivo? ¿Te has preguntado alguna vez por qué no lo conseguiste hasta ahora, si tanto lo deseabas? Porque lo que más necesitas es tu autoconfianza y no la tenías. Debes equilibrar tus emociones, mejorar la comunicación con tus relaciones y estar bien seguro de que las decisiones que vas a tomar son las que van a llevarte hasta ese cambio personal que tanto deseas.

Pues entonces… ¡a lo tuyo!

Conócete, hazlo por ti, ábrete al cambio, planifica tu cambio, ponte objetivos, sal de tu zona de confort, no te compares, no temas, sé realista, sé responsable, no seas víctima, vive el presente, practica el desapego, controla tus emociones, ámate.

Empezar de nuevo es dejar ir. ¿Estás listo?

Isabel Quesada – Reencontrate.com

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