Si me vas a dar el tiempo que te sobra… Pues aquí no es
No te puedo negar que me gustas y mucho, que tengo muchas ganas de que formes parte de mi vida… Pero si de hacer un pronóstico se trata debo advertirte que no recibo sobras de nada ni de nadie.
Si pretendes que me sienta bien recibiendo el tiempo que te sobra, que bien sabemos que no es mucho, pues te la pondré sencilla, te diré que no soy la persona que va a recibirlo. Soy de las que piensa que la falta de tiempo no existe, sino que existe la falta de interés. Y sí, por fortuna o por desgracia, no podemos hacer que alguien sienta por nosotros lo que quisiéramos.
No estás obligado a nada conmigo, no estás obligado a darme lo que no quieras, a verme de una manera particular, a quererme como quiero que me quieran. Lo bueno es que yo tampoco estoy obligada a nada y eso incluye recibir en mi vida a quien no está de una manera cercana a la que me gustaría.
El tiempo para estar con quien queremos, lo hacemos. Todos somos capaces de realizar ajustes, de establecer prioridades y de distribuir nuestro tiempo en función de lo que nos importa y si no puedo estar en tu lista de importantes, simplemente prefiero no estar.
Esto no es una declaración malcriada de lo que quiero, solo es una manera de aclararte que no estaré acá para recibir lo que ya no te haga falta, porque lo mínimo que espero de quien esté conmigo es que pueda ofrecerme al menos lo que yo le doy.
La reciprocidad es una manera de agradecer lo que recibimos, pero solo fluye cuando lo que damos lo ofrecemos de corazón, no como una obligación, ni por satisfacer una demanda. Más allá de lo que yo espero que me ofrezcas, está el que tú quieras de manera espontánea darme, bien sea afecto, atención o en este caso tiempo.
No voy a mendigar por nada, pero tampoco me quedaré callada recibiendo algo que no me satisface. Así como me he dado cuenta de que lo que tienes para ofrecerme me resulta insuficiente, quiero que sepas que yo no ofrezco nada a medias, que estás en mi vida o no y es por ello que he preferido mostrarte el camino de salida. Aun cuando sé que una parte de ti se ha quedado allí, mientras la otra incursiona a ver qué tengo para darle.
Pues no pierdas más tu tiempo, porque incluso el que creemos que nos sobra, siempre resulta valioso y no lo vamos a recuperar. Inviértelo en lo que quieras, pero si quieres escuchar mi recomendación, hazlo en aquello que no te queden dudas de que quieres en tu vida, aquello en lo que te haga sonreír el alma y que con solo pensarlo ya quieras estar allí, en ese sitio donde eso está, así sea para contemplarlo tan solo por un instante.
Para lo que uno quiere en su vida, siempre consigue tiempo, siempre puede realizar ajustes, siempre cabe y lo demás se ajusta. Cuando hay dudas, cuando se quiere de a ratos, reinan las excusas y cualquier otra cosa, puede resultar más importante.
Da siempre lo que te gustaría recibir y eso pasará. Valora a quien quiere hacerte parte de su vida, al menos con el respeto que implica el aclararle tus intenciones, porque bien sabemos que los corazones se ilusionan pronto y son frágiles y propensos a quebrarse… Así que si no puedes o no quieres ser recíproco, al menos sé honesto, para que nadie se cree en torno a ti una falsa expectativa.
No puedo regresarte el tiempo que me diste, pero sí puedo regalarnos el que nos pudimos haber dado y que no nos llevaría a ninguna parte. Así que acepta mi presente y sigamos cada uno nuestros caminos.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.com
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