Posiblemente ya hayas escuchado esta frase con anterioridad “Dónde no puedas ser tú mejor no quedarse” y quizás no la hayas comprendido del todo.

¿Qué sucede cuando nos rodeamos de personas que quieren moldearnos a su conveniencia? Básicamente hay 2 opciones: Nos amoldamos a lo que aquellas personas quieren de nosotros renunciando a nuestra forma de ser o simplemente Donde no puedas ser tú mejor no quedarse.

¿De verdad es tan importante ceder para satisfacer las exigencias de los demás?

Muchas veces cedemos e incluso llegamos a negociar nuestros principios, para que complacer las expectativas que algunas personas tienen de nosotros con el propósito de que nos acepten.

Pero te has detenido a pensar ¿Por qué hacemos esto? Hay muchas razones, cada persona tiene la suya en particular. Sin embargo, la gran mayoría de las veces complacemos a los demás por miedo a que se alejen de nosotros. Esto, al final, solo evidencia que tenemos un gran miedo a quedarnos solos.

Si una persona que no valora nuestra compañía y nuestra personalidad decide irse no importaría demasiado que se aleje de nuestra vida ¿No? Es esto en lo que tienes que pensar cuando veas que alguien no te acepta tal cual eres.  

Libérate del miedo a la soledad

Ninguno de nosotros disfruta de sentirse completamente solo, sin amigos, pareja ni familia. Pues somos seres sociales y nuestra felicidad y confianza se va construyendo en base a la interacción con los demás. Lo sabemos.

Sin embargo, ten en cuenta que la soledad puede enseñarte el valor del auto-conocimiento y el respeto hacia ti mismo. ¿Te quedaste solo porque no eras lo que los demás esperaban? Perfecto, este será el precio de amarte y respetarte a ti mismo. Te felicitamos pues te has dado el valor que mereces y no todos tienen ese coraje, ya que Dónde no puedas ser tu, mejor no quedarse.

Por otra parte, la soledad es momentánea. Nadie se queda solo por el resto de su vida a menos que seas un náufrago en una isla desierta y, aunque en este momento te sientas así, esa no es la realidad.

El mundo está lleno de personas con las cuales puedes interactuar y que se encuentran pasando por procesos similares. Por ello, la soledad absoluta no existe.

El valor de lo auténtico

Dejar de lado nuestra personalidad causa que nos sintamos perdidos y vacíos. Y si te fijas bien, es más que normal sentirse desinteresado y desubicado si estamos actuando como si fuésemos otra persona. Muchos se sientes apáticos e infelices y no saben que esta puede ser la razón de su infelicidad. Por tales motivos debemos ser original, no vivir bajo una sombra. Y si eso es lo que te tiene así hay que sacar la frente en alto y Dónde no puedas ser tú mejor no quedarse.

Nuestra personalidad viene determinada en gran parte por todas las vivencias de nuestra etapa infantil y todo lo que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida. Esto es lo que ha forjado nuestro carácter, nuestros gustos, nuestros miedos. Es decir, todo aquello que nos identifica como personas.

Conservar nuestra autenticidad es primordial en todo sentido. Es normal que, de pronto, adquiramos nuevos gustos o cambiemos de parecer respecto a algunas cosas. Al fin y al cabo, es parte de nuestro proceso de evolución espiritual y personal. Lo que no es normal es que neguemos nuestras creencias y preferencias ante los demás.

Podemos negar que nos gusta tal o cual cosa para ser aceptado y por miedo a ser juzgados. Sin embargo, ¿Crees que vale la pena no expresarse libremente solo por “el que dirán”?

Ser lo que no somos crea relaciones superficiales y poco enriquecedoras

Las relaciones interpersonales, bien sea de pareja, de amistad e incluso familiares, que se fundamentan sobre la base de la mentira, son relaciones insatisfactorias en todo sentido. ¿Por qué? Porque les estás mostrando a esas personas una cara que no existe y ellas te están aceptando por lo que no eres.

Puede que alguna vez hayas mostrado tus verdaderos gustos, creencias y pensamientos y te sentiste burlado o rechazado. Si fue así debes saber que no estabas con las personas correctas. Tienes que ser consciente y Dónde no puedas ser tú mejor no quedarse.

Hay miles de personas en el mundo que compartirían los mismos gustos y opiniones que tú ¿Lo sabias? Entonces de nada sirve dejar de ser tú para intentar agradarles a ciertas personas. Lo ideal es que puedas rodearte de gente que comparta tus creencias y tu modo de pensar.

Las relaciones que se establecen entre personas con afinidad de gustos son más duraderas y más enriquecedoras.

Lo que piensen de ti no determina tu valor como persona, lo sabes ¿No?

Cuando existe correspondencia entre nuestros actos y nuestras palabras somos personas coherentes. Eso determina nuestro valor como personas y no la opinión que los demás tengan de nosotros.

¿Has visto que las personas espontáneas son más felices? Ciertamente, la espontaneidad es algo que debes permitirte. Vivir planificando que dirás, como te moverás, que harás ante determinadas situaciones solo hará que vivas frustrado y amargado.

Estas personas se han liberado de vivir bajo el yugo de satisfacer la opinión de los demás y son felices porque se han aceptado tal cual como son.

Nadie debe pasarse su vida fingiendo disfrutar cosas que realmente no le gustan, ni tampoco aparentar estar de acuerdo con cosas que no le parecen. Esto impide terriblemente tu propio crecimiento personal, entonces Dónde no puedas ser tú mejor no quedarse.

En un mundo de apariencias, podemos hacer la diferencia siendo nosotros mismos

Los medios de comunicación nos venden imágenes a diario de cómo debemos ser. Podemos hacer la diferencia y tener el atrevimiento de ser nosotros mismos sin imitar a nadie. Solo hacer lo que nuestra conciencia y nuestros valores nos indican que hagamos.

Cuando te sientas forzado a ser y a actuar en contra de tus principios y de tus creencias huye de ese lugar. No te quedes donde acepten solo lo que quieren de ti.

Dale a los demás la oportunidad de conocer tu verdadero ser ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué se alejen? Entonces esa o esas personas no son buena compañía para ti.

Ya vendrán personas que te valoren y te aprecien tal como eres, siempre y cuando, antes tú te respetes a ti mismo.

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