El miedo al abandono se asocia al miedo de tomar decisiones por nosotros mismos. Generalmente, ese miedo proviene de tener que dejar la casa de nuestros padres, alejarse de una pareja dañina, dejar de aferrarnos a nuestro hijo que se marcha de casa, etc.

El miedo básicamente se genera por imaginarnos vivir con el recuerdo de alguien que ya se marchó, y del cual nos mantenemos fuertemente aferrados emocionalmente. Aceptar que tenemos miedo es el primer paso para poder vencer el miedo al abandono. Entender que quizás en el fondo seamos personas ociosas o un poco perezosas, o quizás mentalmente vagas.

Porqué tenemos miedo al abandono?

Hay que aceptar que en el fondo, preferimos estar en nuestra zona de confort… no queremos ser libres, le tenemos miedo al cambio, por lo que no queremos abandonar esa relación tóxica, o ese trabajo mediocre. Nos cuesta tomar decisiones porque nos hemos acostumbrado a que otra persona decida por nosotros, piense por nosotros y tome las riendas de nuestra vida. Se trata de un intercambio entre la libertad y la seguridad: yo doy mi libertad a cambio de que alguien más tome las decisiones por mí.

Aceptar que tenemos ese miedo al abandono, es el primer paso para la sanación.

Una vez que decidamos emprender la marcha hacia nuestro triunfo, implícitamente estamos entendiendo que algo dentro de nosotros nos impide ser libres, y ese algo podría manifestarse como el conformismo por un trabajo mediocre o mal pagado, la sensación de que estamos en una relación que, si bien es cierto que no es buena, tampoco termina siendo completamente mala.

8 Pasos necesarios para vencer el miedo al abandono:

1.- Reconocer el problema:

Es importante reconocer nuestros miedos, aquellos que nos detienen, siendo honestos y conscientes con nosotros mismos. Ejemplo: “Si, tengo miedo a no conseguir que otra persona me quiera”.

Cuando tú admites lo que sientes, estás afrontando tus propios miedos

Párate frente a un espejo y di a ti mismo las cosas que sientes… “Admito que me siento una persona poco atractiva, o lento, o que estorbo, admito que soy muy negativo, y en el fondo no creo que merezca algo mejor de lo que tengo”.

2.- Mírate como un reto:

Generalmente somos personas a las cuales nos mueve el desafío, el reto nos anima, hace que nos levantemos de la cama temprano, nos ofrece la iniciativa de actuar. Debes ver ese miedo al abandono como un obstáculo por vencer, un desafío a ti mismo. Sentir que vas con todo y que tú controlas todo.

3.- Elige la libertad ante la seguridad:

La libertad conlleva muchas responsabilidades que en principio puede que no quieras asumir, porque vas a tener muchos miedos asociados a esa libertad… “¿Donde viviré? ¿tendré dinero para pagar los alquileres? ¿qué pasará si me quedo sin trabajo? ¿qué ocurre si no consigo trabajo? ya tengo 65 años no estoy para trabajar…”

Todos estos miedos están asociados a tu verdadera libertad. La seguridad implica encarar muchas cosas que la vida te pone enfrente, y si valoras demasiado tu seguridad, va a ser muy difícil dejar el miedo al abandono. La única forma es empezar a anhelar, a ambicionar la libertad.

4.- Empieza por algo pequeño:

Experimenta la libertad de estar solo y no depender de nadie, aunque sea de a ratos. Tu capacidad de maniobrar situaciones donde te encuentres completamente solo te van a ayudar enormemente.  Haz un viaje, atrévete a alejarte de aquello que te hace daño, procura alejarte por unos días, o unas horas de aquello de lo que dependes y así empezarás a experimentar el miedo. Cuando experimentes la agonía del estrés de encontrarte solo, será en ese momento en que tendrás que relajarte, aceptar ese miedo que recorre tu mente, tu cuerpo, tu alma, y empezar a tranquilizarte y tomar decisiones.

Hacer un viaje te ayuda a experimentar la independencia y te permite poder ver más allá de lo que antes no había podido ver.

5.-  Acércate a la gente libre:

Busca juntarte con gente libre, gente que experimenta la dicha de poder decidir sobre su vida, que pregona su independencia. Siente la libertad de desafiar el miedo al abandono, y haz que tu realidad sobrepase todo obstáculo.

6.- Piensa por ti mismo:

Cuando uno decide perder el miedo al abandono y tomar decisiones abruptas y poco entendidas por nuestros amigos, padres o pareja, se debe estar consciente de que va a ser muy difícil afrontar todo. Por ello, debemos ser capaces de pensar por nosotros mismos, de aprender a decir NO, saber que mereces vivir tu vida de la mejor manera.

Cuando pierdes el miedo a pensar por ti mismo te sientes más independiente y más “tú mismo”.

7.- Enfrenta aquello que temes:

Comienza con hacer aquello que tanto temes. La realidad es que nada de lo que valga la pena en esta vida, se hace sin miedo. Es importante comprender que el miedo siempre va a ser un factor adjunto, casi innato, de la decisión que pretendemos tomar. Lo importante es vencerlo.

8.- Confirma que eres un adulto:

Una de las cosas que debes recordar todo el tiempo es que eres una persona adulta y como tal, estás sujeto a libertades y responsabilidades, a obligaciones y derechos. Por lo tanto, como adulto, eres libre de decidir hacia dónde vas a ir. Lamentablemente nosotros a veces no somos conscientes de esto y en su lugar seguimos actuando como niños. Es importante que te percibas como adulto, que te des cuenta que ya tienes edad para tomar tus propias decisiones.

Tomar decisiones buenas o malas no es el punto, la ausencia de decisiones si es el punto. No hay nada malo de tomar una mala decisión, lo malo es no tomar decisiones!

En conclusión…

Todos los días tenemos que tomar decisiones y encarar las consecuencias de las decisiones que tomamos, esto es la vida y va a ser así siempre, porque cada mala decisión nos llevará a aprender algo nuevo, a romper nuestros límites!

Si en estos momentos tienes miedo al abandono y a quedarte desolado, es porque no te estás atreviendo a tomar decisiones. Permítete la libertad de reencontrarte contigo mismo, romper con el miedo al abandono y decide tu propia vida!

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